Salmos 141 - Biblia Serafín de Ausejo 19751 Salmo. De David. Yo te invoco, Señor, ven en seguida, presta oído a mi voz cuando te llamo: 2 que ante ti se haga valer como el incienso mi plegaria, mi manos levantadas como la ofrenda de la tarde. 3 Pon, Señor a mi boca vigilancia y custodia la puerta de mis labios. 4 No me dejes tender a la maldad ni, con hombres malvados, ocuparme en acciones criminales: no me alimente yo de sus delicias. 5 Que el justo me golpee y el pío me reprenda; mas el aroma del malvado no perfume mi cabeza: 6 yo sigo en mi oración contra sus maldades. Despeñan a sus jueces de la roca y escuchan con burla mis palabras. 7 Como la tierra en surcos y agrietada, así están, a la boca del seol, dislocados sus huesos. 8 Mas mis ojos, Señor, van hacia ti, y en ti busco refugio: no dejes que mi vida se derrame. 9 Presérvame del lazo que me tienden, de la intriga del fautor de iniquidad. 10 Que los malvados caigan en sus redes, mientras yo logro salvarme. |
Copyright © Serafín de Ausejo 1975.