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Números 22:23 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual

23 Cuando la burra vio al ángel de Dios, parado en el camino y listo para atacar a Balaam con una espada, se salió del camino. Sin pensarlo más, Balaam le pegó a la burra para que regresara al camino.

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その他のバージョン

Biblia Reina Valera 1960

23 Y el asna vio al ángel de Jehová, que estaba en el camino con su espada desnuda en su mano; y se apartó el asna del camino, e iba por el campo. Entonces azotó Balaam al asna para hacerla volver al camino.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

23 la burra de Balaam vio al ángel del Señor de pie en el camino, con una espada desenvainada en su mano. La burra se apartó del camino y se desbocó hacia un campo, pero Balaam la golpeó y la obligó a regresar al camino.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

23 La burra vio al ángel de Yavé que le impedía el paso, con su espada desenvainada en la mano derecha. La burra dio un rodeo por el campo y Balaam le pegó a la burra para hacerla volver al camino.

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La Biblia Textual 3a Edicion

23 cuando el asna vio al ángel de YHVH colocado en el camino con su espada desenvainada en su mano, el asna se desvió del camino y se fue por el campo. Entonces Balaam azotó al asna para hacerla volver al camino.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

23 Cuando la burra vio el ángel de Yahveh de pie en medio del camino con la espada desenvainada en la mano se desvió del camino y echó campo a través. Balaán empezó a darle palos para hacerla volver al camino.

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Números 22:23
11 相互参照  

¡Pobre gente! Se portan como Caín. Y por el afán de ganar dinero, cometen el mismo error que cometió Balaam. Son tan rebeldes que morirán como murió Coré.


Pero precisamente por hacer lo malo, una burra lo regañó: le habló con voz humana, y no lo dejó seguir haciendo esas tonterías.


»Los amigos que me acompañaban vieron la luz, pero no oyeron la voz.


»Cuando tuve este sueño, yo estaba solo, pues los que estaban conmigo se asustaron tanto que fueron a esconderse. Hasta yo mismo me puse pálido de miedo, y sentí que me desmayaba.


Hasta la cigüeña y la grulla conocen las estaciones del año; también la tórtola y la golondrina saben cuándo ir a un lugar más cálido. En cambio, este pueblo no me conoce ni quiere obedecer mis leyes.


Luego Eliseo oró y dijo: «Dios, te ruego que lo ayudes a darse cuenta de lo que sucede». Entonces Dios ayudó al sirviente, y este vio que la montaña estaba llena de caballos y carros de fuego que rodeaban a Eliseo.


Pero Dios se enojó mucho con Balaam por haberse ido con ellos. Por eso, el ángel de Dios se puso en medio del camino para no dejarlo pasar. Balaam iba montado en su burra, y sus dos ayudantes iban con él.


Entonces el ángel de Dios se puso en un camino muy angosto, en medio de los muros de piedra de dos viñedos.


Cierto día, cuando todavía estaban acampando cerca de Jericó, Josué vio de pie, delante de él, a un hombre con una espada en la mano. Josué se acercó y le preguntó: —¿Eres de los nuestros, o de nuestros enemigos?


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