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2 Reyes 7:3 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual

3 A la entrada de la ciudad había cuatro hombres enfermos de la piel, pues tenían lepra. Decían entre ellos: «¿Qué estamos haciendo acá sentados esperando morir?

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その他のバージョン

Biblia Reina Valera 1960

3 Había a la entrada de la puerta cuatro hombres leprosos, los cuales dijeron el uno al otro: ¿Para qué nos estamos aquí hasta que muramos?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Sucedió que había cuatro hombres con lepra sentados en la entrada de las puertas de la ciudad. «¿De qué nos sirve sentarnos aquí a esperar la muerte? —se preguntaban unos a otros—.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Cuatro leprosos que estaban cerca de la puerta de la ciudad, se dijeron unos a otros: '¿Para qué nos quedamos aquí esperando la muerte?'

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Y había cuatro leprosos a la entrada de la puerta que se habían dicho: ¿Por qué nos quedamos aquí hasta morir?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 A la entrada de la puerta había cuatro leprosos que se decían unos a otros: '¿Para qué estamos sentados aquí esperando la muerte?

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2 Reyes 7:3
9 相互参照  

Si entramos en la ciudad, moriremos de hambre, pues no hay nada para comer, y si nos quedamos sentados aquí, también vamos a morir. Mejor vayamos al campamento de los sirios; si nos perdonan la vida, qué bueno, y si nos matan, no importa, de todos modos vamos a morir».


y Dios le contestó: —Si su padre le hubiera escupido en la cara, sería tal su vergüenza que ella tendría que quedarse siete días fuera del campamento. Pues bien, ese será su castigo.


tal como Dios lo ha dicho. Si no lo hacen, morirán a causa de la guerra, el hambre o la enfermedad. ¡Sería una locura no obedecer a Dios!


El pueblo respondió: «¿Qué hacemos aquí sentados? ¡Vayamos a las ciudades fortificadas, y murámonos de una vez! Nuestro Dios nos está matando; nos ha dado agua envenenada porque hemos pecado contra él.


El rey le había pedido a Guehazí, el sirviente del profeta Eliseo, que le contara todas las maravillas que había hecho el profeta. Y en el momento en que Guehazí le estaba contando cómo Eliseo había resucitado al hijo de la mujer de Sunem, esta llegó buscando al rey. Entonces Guehazí le dijo: «Majestad, ¡aquí tiene usted a la madre y al muchacho de quienes le hablaba!»


Naamán era general del ejército de un país llamado Siria. Era un hombre muy importante y el rey lo quería mucho porque, por medio de él, Dios le había dado grandes victorias a Siria. Pero este valiente soldado tenía una enfermedad de la piel llamada lepra.


Y resulta que cuando la nube se apartó del santuario, a María le dio lepra. ¡La piel se le puso blanca como la nieve! Cuando Aarón vio a María,


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