entonces haré cortar a Israel de sobre la faz de la tierra que les he dado, y apartaré de mi presencia la Casa que he santificado para mi Nombre, e Israel vendrá a ser de refrán y escarnio entre todas las naciones.
Nehemías 1:3 - La Biblia Textual 3a Edicion Y me dijeron: Los del remanente que quedan de la cautividad allí en la provincia están en gran desventura y humillación, y el muro de Jerusalem está lleno de brechas, y sus puertas han sido devastadas por el fuego. Lebih banyak versiBiblia Reina Valera 1960 Y me dijeron: El remanente, los que quedaron de la cautividad, allí en la provincia, están en gran mal y afrenta, y el muro de Jerusalén derribado, y sus puertas quemadas a fuego. Biblia Nueva Traducción Viviente Me dijeron: «Las cosas no andan bien. Los que regresaron a la provincia de Judá tienen grandes dificultades y viven en desgracia. La muralla de Jerusalén fue derribada, y las puertas fueron consumidas por el fuego». Biblia Católica (Latinoamericana) Me respondieron: 'Allá abajo, en la provincia, los que volvieron del cautiverio, los sobrevivientes, viven en la miseria y en medio de humillaciones; la muralla de Jerusalén está llena de hoyos y sus puertas, quemadas'. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Y me respondieron: 'El resto salvado, los que se han librado de la cautividad, están ahora allí en la provincia llenos de aflicción y de afrenta. La muralla de Jerusalén está llena de brechas, y sus puertas están destruidas por el fuego'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y me dijeron: El remanente, los que quedaron de la cautividad allí en la provincia, están en gran aflicción y oprobio, y el muro de Jerusalén está derribado, y sus puertas están quemadas a fuego. Biblia Traducción en Lenguaje Actual ellos me respondieron: «Los que se quedaron en Jerusalén tienen graves problemas y sienten una terrible vergüenza ante los demás pueblos. Los muros de protección de la ciudad están en ruinas, y sus portones fueron destruidos por el fuego». |
entonces haré cortar a Israel de sobre la faz de la tierra que les he dado, y apartaré de mi presencia la Casa que he santificado para mi Nombre, e Israel vendrá a ser de refrán y escarnio entre todas las naciones.
Y todo el ejército de los caldeos que estaba con el capitán de la guardia, derribó los muros alrededor de Jerusalem.
Y quemaron la Casa de Dios, y destruyeron el muro de Jerusalem, y prendieron fuego° a su ciudadela, y destruyeron todos los objetos preciosos que había en ella.°
Y estos son los hijos de la provincia° que subieron de la cautividad, los deportados que Nabucodonosor rey de Babilonia había deportado a Babilonia, y que regresaron a Jerusalem y a Judá, cada uno a su ciudad.
Sea notorio al rey que fuimos a la provincia de Judea, a la Casa del gran Dios, que es construida con grandes piedras y madera en las paredes. Esta obra se ejecuta diligentemente y prospera en las manos de ellos.
En las distintas ciudades de Judá cada cual habitó en su propiedad, en sus ciudades: de los israelitas, sacerdotes y levitas, netineos, y de los descendientes de los siervos de Salomón;
Y salí de noche por la puerta del Valle, y pasé por la fuente del Dragón y por la puerta del Muladar, y estuve inspeccionando los muros de Jerusalem, que estaban destruidos, y sus puertas consumidas por el fuego.
Entonces les dije: Vosotros veis el mal en que estamos, cómo Jerusalem está destruida y sus puertas devastadas por el fuego. ¡Venid y reedifiquemos el muro de Jerusalem, y no estemos más en oprobio!
y respondí al rey: ¡Viva el rey para siempre! ¿Cómo no ha de estar triste mi rostro, cuando la ciudad, casa de los sepulcros de mis padres, está en ruinas y sus puertas consumidas por el fuego?
Estos son hijos de la provincia° que subieron del cautiverio de los que habían sido deportados, a quienes Nabucodonosor rey de Babilonia se había llevado, y que retornaron a Jerusalem y a Judá, cada uno a su ciudad,
Aconteció en los días de Asuero° (el° mismo Asuero que reinó desde la India hasta Etiopía sobre ciento veintisiete provincias),
Hemos venido a ser oprobio de nuestros vecinos, Escarnio y burla de quienes nos rodean.
Por tanto, Yo he deshonrado a los príncipes del Santuario, Y entregué a Jacob a la maldición, Y a Israel al vituperio.
Os mostraré pues lo que haré con mi viña: Quitaré su vallado para que sirva de pasto, Derribaré su cerca para que la pisoteen.
Los convertiré en espanto, en mal para todos los reinos de la tierra, oprobio y mal ejemplo, insulto y maldición, en todos los lugares adonde los arrojaré.
Los perseguiré con la espada, el hambre y la peste, y los convertiré en objeto de horror para todos los reinos de la tierra, en maldición, espanto, burla y afrenta entre todas las naciones donde los habré arrojado;
Y los caldeos quemaron a fuego la casa del rey y las casas del pueblo, y derribaron los muros de Jerusalem.
Porque así dice YHVH Sebaot, Dios de Israel: Como mi ira y mi indignación se derramó sobre los moradores de Jerusalem, así se derramará mi ira sobre vosotros si vais a Egipto. Y seréis objeto de execración y espanto, de maldición y afrenta, y no veréis más este lugar.
¡Escalad sus muros y destruid!, pero no la destruyáis del todo.° ¡Arrancad sus sarmientos, Porque no son de YHVH!
Y el ejército caldeo, a las órdenes del capitán de la guardia, destruyó todos los muros en derredor de Jerusalem.
z En los días de su aflicción y angustia Jerusalem se acuerda de todos los tesoros que tenía desde tiempos antiguos, Hoy que su pueblo cae por mano del adversario, nadie la ayuda. Los enemigos la ven y se burlan de su final.°
f Ha hundido en el fango sus portales, ha roto y quebrado sus cerrojos. Su rey y sus príncipes están esparcidos entre los gentiles, no existe ley° Y sus profetas no hallan más visión de parte de YHVH.
¡Acuérdate, oh YHVH, de lo que nos ha sobrevenido, Y mira, contempla nuestro oprobio!
Pondré vuestras ciudades en ruina, destruiré vuestros santuarios y no oleré más el aroma aplacador de vuestros sacrificios.
Y a vosotros os esparciré entre las naciones, y haré desenvainar la espada tras vosotros, y vuestra tierra será devastada, y vuestras ciudades desoladas.