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Zacarías 13:7 - Versión Biblia Libre

7 ¡Levántate, espada mía! ¡Ataca a mi pastor, al hombre que ha estado junto a mi! declara el Señor. Golpea al pastor y las ovejas serán dispersas, y yo levantaré mi mano contra los corderos.

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Biblia Reina Valera 1960

7 Levántate, oh espada, contra el pastor, y contra el hombre compañero mío, dice Jehová de los ejércitos. Hiere al pastor, y serán dispersadas las ovejas; y haré volver mi mano contra los pequeñitos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

7 »Despierta, oh espada, contra mi pastor, el hombre quien es mi compañero —dice el Señor de los Ejércitos Celestiales—. Mata al pastor, y las ovejas se dispersarán y me volveré contra los corderos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 Levántate, espada, contra mi pastor y contra el hombre de mi parentela, exclama Yavé de los Ejércitos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 °¡Oh espada, levántate contra mi pastor, Y contra el hombre compañero mío!, dice YHVH Sebaot. ¡Hiere al pastor, y sean dispersadas las ovejas, Y volveré mi mano contra los pequeñitos!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 Álzate, espada, contra mi pastor contra mi ayudante -oráculo de Yahveh Sebaot-. Heriré al pastor y se dispersarán las ovejas: volveré mi mano contra los zagales.

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Zacarías 13:7
76 Referans Kwoze  

Los reyes del mundo se preparan para el ataque, y los gobernantes se reúnen para conspirar contra el Señor y su ungido, diciendo:


Me volveré contra ti. Te refinaré en un horno y eliminaré así todas las impurezas.


En ese momento el Señor tomará su espada afilada, grande y fuerte, y castigará a Leviatán, la serpiente escurridiza, y a Leviatán, la serpiente enroscada, y matará al dragón del mar.


Cuida de su rebaño como un pastor. Coge a los corderos en brazos y los estrecha contra su pecho. Conduce a los que amamantan a las crías.


Porque nos nacerá un niño, se nos dará un hijo. Él llevará la responsabilidad de gobernar. Se llamará Consejero maravilloso, Dios poderoso, Padre eterno, Príncipe de la paz.


Oh espada del Señor, ¿cuándo vas a dejar de matar? Vuelve a tu vaina. ¡Deja de matar y quédate ahí!


“Profetiza, hijo de hombre, y anuncia que esto es lo que dice el Señor Dios sobre los amonitas y sus insultos: ¡Una espada! Una espada está lista para matar, pulida para destruir, para brillar como un rayo,


y diles que esto es lo que dice el Señor: ¡Cuidado, porque te voy a atacar! Voy a sacar mi espada y los voy a destruir, tanto a los buenos como a los malos.


Mi siervo David será su rey. Estarán unidos bajo un solo gobernante. Seguirán mis leyes, y observarán y practicarán mis reglamentos.


¡El fin está aquí! ¡El fin ha llegado, y viene para ti! ¡Cuidado! ¡Este es el fin!


Pero de ti, Belén Efrata, (aunque eres solamente un lugar pequeño en Judá), nacerá un gobernante de Israel que hará mi voluntad. Su existencia es desde la eternidad pasada.


Él se levantará y alimentará a su rebaño con la fuerza del Señor, en la majestad del nombre del Señor su Dios. Ellos vivirán seguros porque su grandeza es reconocida en todo el mundo.


Fue quebrantado ese día, y los mercaderes de ovejas que me miraban sabían que era un mensaje del Señor.


Esto es lo que el Señor mi Dios dice: Sé el pastor del rebaño que está marcado para ser sacrificado.


Yo me convertiré en pastor del rebaño que está listo para ser sacrificado por los comerciantes de ovejas. Entonces tomé dos varas, una llamada Gracia, y la otra llamada Unión, y yo fui el pastor del rebaño.


“Una virgen quedará embarazada y tendrá un hijo. Y le llamarán Emanuel”, que significa “Dios con nosotros”.


Les digo la verdad: los que den una bebida de agua fresca al menos importante de mis discípulos, no perderán su recompensa”.


El Padre lo ha confiado todo en mis manos, y ninguno entiende verdaderamente al Hijo, excepto el Padre, y nadie entiende verdaderamente al Padre, excepto el Hijo, y aquellos a quienes el Hijo elige para mostrarles al Padre.


Asegúrense de no menospreciar a estos pequeños. Yo les digo que en el cielo sus ángeles siempre están con mi Padre celestial.


De la misma manera, mi Padre celestial no quiere que ninguno de estos pequeños se pierda.


“Todos ustedes me abandonarán esta noche”, les dijo Jesús. “Como dice la Escritura: ‘Yo golpearé al pastor, y el rebaño estará completamente disperso’.


Pero todo esto está ocurriendo para que se cumpla lo que escribieron los profetas”. Entonces todos los discípulos lo abandonaron y huyeron.


“Todos ustedes me abandonarán”, les dijo Jesús. “Porque como dicen las Escrituras, ‘Yo atacaré al pastor, y las ovejas estarán totalmente dispersas’.


Entonces todos los discípulos de Jesús lo abandonaron y huyeron.


No tengan miedo, pequeño rebaño, porque su Padre se alegra en darles el reino.


Para esas personas sería mejor que se colgaran un molino en su cuello y sean lanzados al mar antes que hacer pecar a uno de estos pequeños.


Al día siguiente, Juan vio que Jesús se acercaba a él, y dijo: “¡Miren, el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo!


Yo y el Padre somos uno”.


Pero si lo hago, deberían creerme por la evidencia de lo que he hecho. Así podrán ustedes entender que el Padre está en mí, y que yo estoy en el Padre”.


“No dejen que sus mentes estén ansiosas. Crean en Dios, crean en mí también.


Jesús respondió: “Aquellos que me aman harán lo que yo digo. Mi Padre los amará, y vendremos a crear un hogar con ellos.


Todo lo que pertenece al Padre es mío. Es por esto que les dije que el Espíritu les enseñará a ustedes lo que reciba de mí.


“Se acerca el momento—de hecho está a punto de ocurrir—cuando ustedes se separarán; cada uno de ustedes irá a su propia casa, dejándome solo. Pero yo no estoy realmente solo, porque el Padre está conmigo.


a fin de que todos puedan honrar al Hijo así como honran al Padre. Cualquiera que no honra al Hijo, no honra al Padre que lo envió.


“Les digo la verdad: antes de que Abraham naciera, Yo soy”, dijo Jesús.


Dios, sabiendo de antemano lo que sucedería, siguió su plan y resolvió entregarlo en manos de ustedes. Por mano de hombres malvados, ustedes lo mataron, clavándolo en una cruz.


Jesús fue entregado a la muerte por causa de nuestros pecados, y fue levantado a la vida para justificarnos.


Dios, quien no retuvo a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿no nos dará gratuitamente todas las cosas?


Dios hizo que Jesús, quien nunca pecó, experimentara las consecuencias del pecado para que nosotros pudiéramos tener un carácter recto, así como Dios es recto.


Pero Cristo nos ha rescatado de la maldición de la ley al convertirse en maldición por nosotros. Como dice la Escritura: “Maldito todo aquél que es colgado en un madero”.


Aunque en su naturaleza él siempre fue Dios, no le preocupó mantener su igualdad con Dios.


Ahora pues, que el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesús, el gran pastor de las ovejas, y lo hizo con la sangre de un pacto eterno,


Y Jesús murió por culpa de los pecados, una vez y para siempre, el Único que es completamente verdadero y justo, por aquellos que somos malos, para poder llevarnos a Dios. Fue llevado a muerte en su cuerpo, pero vino a la vida en el espíritu.


Cuando aparezca el Pastor supremo, ustedes recibirán una corona de gloria, que nunca se dañará.


Por él son perdonados nuestros pecados, y no solo los nuestros, sino los de todo el mundo.


Y me dijo: “Escribe en un libro lo que ves y envíalo a las siete iglesias: Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia, y Laodicea”.


Cuando lo vi, caí a sus pies como muerto. Pero él me tocó con su mano derecha y dijo: “No tengas miedo, yo soy el primero y el último.


“Yo soy el Principio y el Fin”, dice el Señor Dios Todopoderoso, que era, que es, y que vendrá.


Y todos los habitantes de la tierra le adorarán, aquellos cuyos nombres no habían sido escritos en el libro de la vida, el libro que pertenece al Cordero que fue inmolado desde el principio del mundo.


Yo enviaré a muerte a sus hijos. Entonces todas las iglesias sabrán que yo soy el que examina los pensamientos y las motivaciones. Yo recompensaré a cada uno conforme a sus obras.


Entonces me dijo: “¡Todo está hecho! Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. A todo el que tenga sed le daré gratuitamente agua de la fuente de agua de vida.


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