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Zacarías 1:4 - Versión Biblia Libre

4 No sean como sus padres. Ellos recibieron advertencia de los profetas: ¡Abandonen sus malos caminos y sus malas acciones! Pero no escucharon ni me prestaron atención, dice el Señor.

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Biblia Reina Valera 1960

4 No seáis como vuestros padres, a los cuales clamaron los primeros profetas, diciendo: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Volveos ahora de vuestros malos caminos y de vuestras malas obras; y no atendieron, ni me escucharon, dice Jehová.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 No sean como sus antepasados que no querían escuchar ni prestar atención cuando los antiguos profetas les dijeron: ‘El Señor de los Ejércitos Celestiales dice: “Apártense de sus malos caminos y abandonen todas sus prácticas malvadas”’.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 No se porten como sus antepasados, a quienes los antiguos profetas les gritaban: 'Déjense de andar por malos caminos y no sigan haciendo maldades. Pero ellos no quisieron escucharlos, ni les hicieron caso.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 No seáis como vuestros padres, a quienes clamaron los primeros profetas, diciendo: Así dice YHVH Sebaot: Volveos ahora de vuestros malos caminos y de vuestras malas obras. Pero no escucharon, ni me atendieron, dice YHVH.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 No seáis como vuestros padres, a quienes los antiguos profetas anunciaron: 'Así dice Yahveh Sebaot: convertíos de vuestros malos caminos y de vuestras males acciones'. Pero ellos no escucharon ni me hicieron caso -oráculo de Yahveh-.

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Zacarías 1:4
55 Referans Kwoze  

Así que los mensajeros fueron a todo Israel y Judá llevando cartas del rey y de sus funcionarios y con la autorización del rey. Decían: “Hijos de Israel, vuelvan al Señor, el Dios de Abrahán, de Isaac y de Israel, para que él los devuelva a ustedes, que han escapado de la opresión de los reyes de Asiria.


No sean como sus padres y los que pecaron contra el Señor, el Dios de sus antepasados, que los convirtió en algo espantoso, como pueden ver.


“Vayan y hablen con el Señor por mí, y también por los que aún viven en Israel y en Judá, sobre lo que dice el libro que se ha encontrado. Porque el Señor debe estar realmente enojado con nosotros porque nuestros antepasados no han obedecido las instrucciones del Señor siguiendo todo lo que está escrito en este libro”.


Desde el tiempo de nuestros antepasados hasta ahora, hemos sido profundamente culpables. A causa de nuestros pecados, nosotros, nuestros reyes y nuestros sacerdotes hemos sido entregados a los reyes de la tierra, asesinados y hechos prisioneros, robados y humillados, como lo somos hoy.


“Pero ellos y nuestros antepasados actuaron con arrogancia y se volvieron obstinados, y no prestaron atención a tus mandatos.


“Pero se rebelaron por completo contra ti. Arrojaron tu Ley tras sus espaldas. Mataron a tus profetas que les advertían para que intentaran volver a ti, y cometieron terribles blasfemias.


Tuviste paciencia con ellos durante muchos años. Les advertiste con tu Espíritu por medio de tus profetas, pero no te escucharon, así que los entregaste a las demás naciones.


Para que no fueran como sus antepasados, una generación terca y rebelde que carecía de fe y fidelidad.


Regresen, israelitas, al que tan descaradamente se rebelaron.


Así que dile al pueblo de Judá y a los que viven en Jerusalén que esto es lo que dice el Señor: ¡Cuidado! Estoy preparando un desastre para ustedes, y elaborando un plan contra ustedes. Abandonen todos ustedes sus malos caminos. ¡Vivan bien y actúen bien!


Ahora bien, si hubieran asistido a mi consejo, habrían entregado mis instrucciones a mi pueblo y lo habrían hecho retroceder de su mala forma de vida, de sus malas acciones.


Así que esto es lo que dice el Señor Todopoderoso: Como no han obedecido lo que les dije,


y si no escuchan los mensajes de mis siervos los profetas -los he enviado a ustedes una y otra vez, pero se negaron a escuchar-


Ahora ve y anuncia este mensaje al norte: Vuelve, Israel infiel, declara el Señor. No me enfadaré más contigo, porque soy misericordioso, declara el Señor. No me enfadaré para siempre.


Vuelvan, hijos infieles, declara el Señor, porque estoy casado con ustedes. Los tomaré, uno de un pueblo y dos de una familia, y los llevaré a Sión.


Una y otra vez les he enviado a muchos de mis siervos los profetas para decirles ¡Todos, dejen sus malos caminos y hagan lo que es correcto! No sigan a otros dioses ni los adoren. Vivan en la tierra que les di a ustedes y a sus padres. Pero no me han hecho caso ni me han obedecido.


Israel, si quieres volver, vuelve a mí, declara el Señor. Si te deshaces de esos ídolos desagradables que veo, y no te alejas,


“Aunque digas que este mensaje es del Señor, no te vamos a escuchar”


“Así que dile al pueblo de Israel que esto es lo que dice el Señor Dios: ¡Arrepiéntanse! Dejen de adorar a sus ídolos Dejen todas sus prácticas repugnantes.


“En el desierto les dije a sus hijos: ‘No hagan lo que sus padres les dijeron que hicieran. No sigan sus prácticas. No se ensucien adorando sus ídolos.


“Diles: En mi vida, declara el Señor Dios, no me produce ningún placer que los malvados mueran. ¡Me gustaría que dejaran de pecar y vivieran! ¡Dejen de pecar! ¿Por qué han de morir, pueblo de Israel?


“Así que si oyes la trompeta pero no prestas atención a la advertencia, y mueres en el ataque, serás responsable de tu propia muerte.


No hemos prestado atención a tus siervos los profetas que hablaron en tu nombre a nuestros reyes y dirigentes y antepasados, y a todos los habitantes del país.


Vuelve, Israel, al Señor tu Dios, porque tus pecados te han hecho caer.


Prefiero hagan fluir la justicia como agua, y que hacer el bien fluya como un río inagotable.


Pero tú me pides: “No prediques tales cosas. No profetices de esa manera. ¡No nos ocurrirá tal humillación!”


Así que dice esto al pueblo: Vuelvan a mi, y yo volveré a ustedes, dice el Señor Todopoderoso.


¿No es esto lo que el Señor les dijo a través de los profetas anteriores, cuando Jerusalén era próspera y deshabitada, y cuando el pueblo vivía en el Neguev y la Sefelá?


Primero en Damasco, luego en Jerusalén y luego en toda Judea y también a los extranjeros les prediqué el mensaje de arrepentimiento: cómo deben volverse a Dios, demostrando su arrepentimiento por medio de sus acciones.


Ahora, arrepiéntanse, y cambien sus caminos, para que sus pecados puedan ser limpiados, a fin de que el Señor pueda enviarles oportunidad para sanarse y restaurarse,


Ya saben que no fueron liberados por su vana forma de vivir que heredaron de sus antepasados, por cosas que no tenían valor duradero, como el oro o la plata.


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