Santiago 2:2 - Versión Biblia Libre

² Imaginen que a su sinagoga llega un hombre usando anillos de oro y ropas finas, y luego entra un hombre pobre vestido de harapos.

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

² Porque si en vuestra congregación entra un hombre con anillo de oro y con ropa espléndida, y también entra un pobre con vestido andrajoso,

Biblia Nueva Traducción Viviente

² Por ejemplo, supongamos que alguien llega a su reunión vestido con ropa elegante y joyas costosas y al mismo tiempo entra una persona pobre y con ropa sucia.

Biblia Católica (Latinoamericana)

² Supongamos que entra en su asamblea un hombre muy bien vestido y con un anillo de oro y entra también un pobre con ropas sucias,

La Biblia Textual 3a Edicion

² Porque si en vuestra sinagoga° entra un hombre con anillo de oro, con ropa espléndida, y también entra un pobre con vestido andrajoso,

Biblia Serafín de Ausejo 1975

² Suponed que en vuestra asamblea entra un hombre con anillo de oro y elegantes vestidos, y que entra también un pobre con ropa andrajosa.

Santiago 2:2 Referans Kwoze

Génesis 27:15

Entonces Rebeca fue y tomó la mejor ropa de su hijo mayor Esaú que ella tenía en su casa, y se la puso a Jacob, su hijo menor.

Ester 3:10

El rey se quitó su anillo de sello y lo entregó a Amán, hijo de Hamedata, el agagueo, enemigo de los judíos.

Ester 8:2

El rey le quitó el anillo de sello que le había quitado a Amán y se lo dio a Mardoqueo. Ester puso a Mardoqueo a cargo de los bienes de Amán.

Isaías 64:6

Todos nos hemos vuelto impuros, y todas las cosas buenas que hacemos son como trapos sucios. Nos marchitamos y morimos como hojas de otoño, y nuestros pecados, como el viento, se los lleva.

Lucas 15:22

“Pero el padre le dijo a sus siervos: ‘Rápido, traigan la mejor túnica y póngansela. Pónganle un anillo en su dedo y sandalias en sus pies.

Lucas 23:11

Herodes y sus soldados trataron a Jesús con menosprecio y se burlaban de él. Colocaron una túnica real sobre él y lo enviaron de vuelta donde Pilato.

Santiago 2:3

Si atienden de manera especial al hombre bien vestido y le dicen: “Por favor, siéntate aquí en esta silla de honor”, mientras que al pobre le dicen: “Siéntate allá, o siéntate en el piso, a mis pies;”