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Salmos 74:2 - Versión Biblia Libre

2 Recuerda al pueblo que formaste hace mucho tiempo. La tribu que redimiste e hiciste tuya. Recuerda también al monte de Sión, tu casa.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

2 Acuérdate de tu congregación, la que adquiriste desde tiempos antiguos, La que redimiste para hacerla la tribu de tu herencia; Este monte de Sion, donde has habitado.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Recuerda que somos el pueblo que elegiste hace tanto tiempo, ¡la tribu a la cual redimiste como tu posesión más preciada! Y acuérdate de Jerusalén, tu hogar aquí en la tierra.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Acuérdate de tu comunidad, que antiguamente adquiriste y rescataste para que fuera tu tribu y heredad con el monte Sión donde tú moras.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 Acuérdate de tu congregación, La que adquiriste desde tiempos antiguos, La que redimiste para hacerla tribu de tu heredad, Y de este monte Sión, donde has habitado.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Acuérdate del grupo que adquiriste en otro tiempo, que redimiste como tribu de tu herencia y del monte Sión, en donde habitas.

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Salmos 74:2
27 Referans Kwoze  

Por eso el Señor se airó con su pueblo, odió a aquellos que le pertenecían.


Porque el Señor ha escogido a Jacob para sí mismo; a Israel lo hecho suyo.


Feliz es la nación cuyo Dios es el Señor, el pueblo que ha escogido como enteramente suyo.


¿por qué miras con celo al Monte de Dios, donde el Señor vivirá para siempre?


Con tu fuerza salvaste a tu pueblo, a los descendientes de Jacob y José. Selah.


¡Canten alabanzas al Señor que reina en Sión! Cuenten a las naciones lo que ha hecho.


Él no se olvida de castigar a los asesinos, ni ignora el gemido de los que sufren.


Porque el Señor no se rendirá con su pueblo; él no abandonará a los suyos.


Guiaste a las personas que salvaste con tu confiable amor. Los guiarás en tu fuerza a tu santo hogar.


El terror y el miedo caerán sobre ellos. Señor, debido a tu gran poder, estarán quietos como una piedra hasta que tu pueblo pase, hasta que pase el pueblo que compraste.


Los que el Señor ha liberado volverán cantando al entrar en Jerusalén, llevando coronas de alegría eterna. Les invade el agradecimiento y la alegría; la pena y la tristeza simplemente desaparecen.


Ellos serán llamados el Pueblo Santo, los Redimidos del Señor; y tú serás llamada el Lugar Buscado, Una Ciudad Ya No Abandonada.


He puesto centinelas en tus muros, Jerusalén; no callarán jamás, ni de día ni de noche. Ustedes que oran al Señor, no se detengan nunca a descansar.


Señor, ¿por qué nos haces desviarnos de tus caminos y nos obstinas para que no te respetemos? Vuelve a nosotros por el bien de tus siervos, las tribus que te pertenecen.


Sufrió con ellos en todo su sufrimiento, y el ángel de su presencia los salvó. En su amor y bondad los redimió. Los recogió y los llevó a lo largo de todos esos años, hace mucho tiempo.


El Dios de Jacob no es como esos ídolos, porque él es el Creador de todo, e Israel es la tribu que le pertenece. El Señor Todopoderoso es su nombre.


El Dios de Jacob no es como esos ídolos, pues es el creador de todo, incluso de su propio pueblo, que es especial para él. El Señor Todopoderoso es su nombre.


Cuídense ustedes mismos y cuiden el rebaño, el cual les ha sido encomendado por el Espíritu Santo para que cuiden de él. Alimenten la iglesia del Señor, la cual ha comprado con su propia sangre.


Pero el pueblo del Señor es suyo, Israel es su elegido.


Recuerden que el Señor los tomó y los sacó del horno de hierro que era Egipto para que fueranun pueblo libre, tal como lo son hoy.


Le rogué al Señor diciendo: “Por favor, Señor, Dios, no destruyas a tu pueblo que te pertenece, a los que rescataste y sacaste de Egipto con tu gran poder.


¡Pero ellos son tu pueblo, Señor! ¡Te pertenecen! ¡Los sacaste de Egipto con tu asombroso poder y fuerza!”


Pues él se entregó a sí mismo por nosotros, para podernos libertar de toda nuestra maldad, y para limpiarnos para él, como un pueblo que le pertenece, y que está dispuesto a hacer el bien.


Ellos cantaban un cántico nuevo: “Tú eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos, pues tú fuiste inmolado y con tu sangre redimiste para Dios gentes de toda tribu, lengua, pueblo y nación.


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