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Salmos 69:3 - Versión Biblia Libre

3 Estoy cansado de gritar pidiendo ayuda. Mi garganta ya está reseca. Mis ojos están hinchados de tanto llorar a la espera de la ayuda de mi Dios.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

3 Cansado estoy de llamar; mi garganta se ha enronquecido; Han desfallecido mis ojos esperando a mi Dios.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Estoy agotado de tanto gritar por ayuda; tengo la garganta reseca. Mis ojos están hinchados de tanto llorar, a la espera de la ayuda de mi Dios.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Me agoto de gritar, me arde la garganta, y mis ojos se cansan de esperar a mi Dios.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Estoy cansado de llamar, Mi garganta ha enronquecido, Mis ojos desfallecen esperando a mi Dios.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 que me estoy anegando en el cieno del abismo, sin poder hacer pie; que me estoy sumergiendo en las aguas profundas, envuelto en las corrientes.

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Salmos 69:3
18 Referans Kwoze  

Pero los ojos de los malvados fallarán, no podrán escapar, y su única esperanza es la muerte”.


Mi cara está roja de tanto llorar y sombras oscuras rodean mis ojos,


Mis ojos están cansados de esperar tu salvación, tratando de ver cumplida tu promesa de hacer buenas todas las cosas.


Mis ojos se esfuerzan por guardar tus promesas, y se preguntan cuándo vendrás a consolarme.


Mi fuerza se ha secado como un trozo de arcilla rota. Mi lengua se está pegando al techo de mi boca. Me entierras como si ya estuviera muerto.


Dios mío, cada día lloro y clamo a ti, pero no me respondes. En la noche también, pero no concilio el descanso.


Que la integridad y la honestidad me defiendan, porque puse mi confianza en ti.


Así que Señor, ¿Qué estoy buscando yo? Pongo mi esperanza en ti.


Me dio una nueva canción para cantar, una canción de alabanza al Señor. Muchas personas verán y se asombrarán, y depositarán su confianza en él.


Mis gemidos me han consumido. Cada noche mi cama se inunda con mi llanto, y mi sillón rebosa con mis lágrimas.


En lugar de compadecerse de mi me dieron de comer hierbas amargas y vinagre para beber.


Tu hostilidad me maltrata; me estás ahogando entre tus olas abrumadoras. Selah.


Grito como un vencejo o un pájaro cantor, Gimo como una paloma. Mis ojos se oscurecen mientras miro al cielo. Me atacan, Señor, ¡ven y apóyame, por favor!


Mis ojos están agotados de tanto llorar; por dentro estoy revuelto. Estoy enfermo y agotado por la destrucción de Jerusalén, la hija de mi pueblo, porque los niños y los bebés se desmayan en las calles de la ciudad.


Jesús se dio cuenta entonces que había completado todo lo que había venido a hacer. En cumplimiento de la Escritura, dijo: “Tengo sed”.


Tus hijos e hijas serán llevados como esclavos a otras naciones mientras tú miras, y te desgastarás llorando por ellos, pero no habrá nada que puedas hacer al respecto.


Jesús, mientras estuvo aquí, en forma humana, oró y clamó a Dios con grandes gemidos y lágrimas, al único que tenía el poder de salvarlo de la muerte. Y Jesús fue escuchado por su respeto hacia Dios.


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