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Salmos 42:11 - Versión Biblia Libre

11 ¿Por qué estoy tan desanimado? ¿Por qué me siento tan triste? Esperaré en el Señor. Lo alabaré porque él es el único que me puede salvar, ¡Mi Dios!

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

11 ¿Por qué te abates, oh alma mía, Y por qué te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 ¿Por qué estoy desanimado? ¿Por qué está tan triste mi corazón? ¡Pondré mi esperanza en Dios! Nuevamente lo alabaré, ¡mi Salvador y mi Dios!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 ¿Qué te abate, alma mía, por qué gimes en mí? Pon tu confianza en Dios que aún le cantaré a mi Dios salvador.

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 ¿Por qué te abates alma mía, y te turbas dentro de mí? Espera en ’Elohim, porque aún he de alabarlo: ¡Salvación mía y Dios mío!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 con quebranto en los huesos?'. El opresor me insulta, diciéndome sin tregua: '¿Dónde está tu Dios?'.

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Salmos 42:11
9 Referans Kwoze  

Las cenizas son mi comida; mis lágrimas gotean encima de mi bebida,


Por qué deberían las naciones paganas preguntar, “¿Dónde está tu Dios?”


¿Por qué estoy tan desanimado? ¿Por qué me siento tan triste? Esperaré en el Señor; lo alabaré porque él es el único que me salva.


¿Por qué estoy tan desanimado? ¿Por qué me siento tan triste? Esperaré en el Señor; le alabaré porque él es el único que me puede salvar, ¡Mi Dios!


¿Por qué tendrían que preguntarse las naciones dónde está nuestro Dios? Castígalos por derramar la sangre de tus siervos, que permítenos ser testigos de su castigo.


Pero yo te devolveré la salud y sanaré tus heridas, declara el Señor, porque la gente dice que has sido abandonada y que nadie se preocupa por ti, Sión.


Pero aun así, en el futuro la restauraré y repararé, y sanaré a su pueblo y le daré paz y seguridad duraderas.


Que los sacerdotes, los ministros del Señor lloren entre el atrio y el altar del Templo. Que digan: “Señor, ten piedad de tu pueblo, y no dejes que caiga desgracia sobre tu heredad, gobernada por naciones paganas, a fin de que el pueblo de estas naciones pregunte: ‘¿Dónde está su Dios?’”


Cuando Jesús escuchó la pregunta, respondió: “Los que están sanos no necesitan de un médico, pero los que están enfermos, sí.


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