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Salmos 22:16 - Versión Biblia Libre

16 Los hombres malvados me rodean como una manada de perros. Han perforado mis manos y mis pies.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

16 Porque perros me han rodeado; Me ha cercado cuadrilla de malignos; Horadaron mis manos y mis pies.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

16 Mis enemigos me rodean como una jauría de perros; una pandilla de malvados me acorrala. Han atravesado mis manos y mis pies.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

16 Como perros de presa me rodean, me acorrala una banda de malvados. Han lastimado mis manos y mis pies.

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La Biblia Textual 3a Edicion

16 Perros me han rodeado, Me ha cercado cuadrilla de malignos, Horadaron° mis manos y mis pies;

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

16 Mi garganta está, como una teja, seca y mi lengua, pegada al paladar: me has reducido a polvo inanimado.

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Salmos 22:16
27 Referans Kwoze  

Dios mío, Dios mío, ¿Por qué me has abandonado? ¿Por qué estás tan lejos cuando clamo a ti pidiendo ayuda?


¡Sálvame de morir a espada! ¡Libra mi vida de los perros, pues es la única que tengo!


Mis amados y amigos no se me acercan porque tienen miedo de contagiarse. Incluso mi familia se ha distanciado.


Al anochecer vendrán, gruñendo como perros mientras merodeen la ciudad.


En el ocaso vuelven, gruñendo como perros mientras merodean por la ciudad.


Dios, gente arrogante me está atacando.


Pero fue herido por nuestros actos rebeldes, fue aplastado por nuestra culpa. Experimentó la disciplina que nos trae la paz, y sus heridas nos curan.


Incluso tus propios hermanos y la familia de tu padre te han traicionado; te han criticado públicamente. No te fíes de ellos cuando te hablen bien.


Yo enviaré un espíritu de gracia y oración en la casa de David y sobe los habitantes de Jerusalén. Ellos mirarán al que han atravesado, y se lamentarán sobre él, como quien guarda luto por su único hijo, llorando amargamente por su romogénito.


Los que habían arrestado a Jesús lo llevaron a la casa de Caifás, el sumo sacerdote, donde se habían reunido los maestros religiosos y los ancianos.


Después de haberlo crucificado, lanzaron unos dados para dividir su ropa entre ellos.


“No den a los perros lo que es santo. No tiren sus perlas a los cerdos. Así los cerdos no las pisotearán, y los perros no vendrán a atacarlos a ustedes.


Entonces lo crucificaron. Repartieron sus prendas de vestir, y lanzaron dados para decidir quién se llevaría cada cosa.


Pero ellos insistieron con gritos, exigiendo que fuera crucificado. Sus gritos surtieron efecto,


Cuando llegaron al lugar llamado la Calavera, lo crucificaron junto con los criminales, uno a su derecha y el otro a su izquierda.


Cuando los soldados hubieron crucificado a Jesús, tomaron sus ropas y las dividieron en cuatro partes a fin de que cada soldado tuviera una. También estaba allí su túnica hecha sin costuras, tejida en una sola pieza.


Sin embargo, uno de los soldados clavó una lanza en su costado, y salió sangre mezclada con agua.


y como dice otra Escritura: “Ellos mirarán al que traspasaron”.


Así que los otros discípulos le dijeron: “Hemos visto al Señor”. Pero él respondió: “No lo creeré hasta que vea las marcas de los clavos en sus manos y ponga mi dedo en ellas, y ponga mi mano en su costado”.


Entonces le dijo a Tomás: “Coloca aquí tu dedo, y mira mis manos. Coloca tu mano en la herida que tengo en mi costado. ¡Deja de dudar y cree en mí!


¡Cuidado con esos perros! ¡Cuidado con esos que hacen el mal! ¡Cuidado con esos mutiladores!


“Los que están fuera de la ciudad son perros, así como los que practican brujería, inmoralidad sexual, asesinato, idolatría, y los que inventan y aman la mentira.


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