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Salmos 22:1 - Versión Biblia Libre

1 Dios mío, Dios mío, ¿Por qué me has abandonado? ¿Por qué estás tan lejos cuando clamo a ti pidiendo ayuda?

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Biblia Reina Valera 1960

1 Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? ¿Por qué estás tan lejos de mi salvación, y de las palabras de mi clamor?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? ¿Por qué estás tan lejos cuando gimo por ayuda?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Dios mío, Dios mío, ¿por qué me abandonaste? ¡Las palabras que lanzo no me salvan!

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Al director del coro. Sobre Aye-let Hashajar.° Salmo de David. ¡Dios mío, Dios mío! ¿Por qué me has desamparado?° ¿Por qué estás lejos de mi salvación y de las palabras de mi clamor?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Del director. Sobre 'la cierva de la aurora'. Salmo. De David.

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Salmos 22:1
23 Referans Kwoze  

“Mis gemidos son el pan que como, y mis lágrimas son el agua que bebo.


Señor, ¿por qué estás tan lejos? ¿Por qué te escondes de mi en momentos de tribulación?


Cuídame, Señor, porque vengo a ti en busca de protección.


No te distancies de mí, porque los problemas siempre están cerca y no hay nadie más que pueda ayudarme.


Los hombres malvados me rodean como una manada de perros. Han perforado mis manos y mis pies.


Por favor, no me lances lejos con los pecadores. No me incluyas con aquellos que cometieron asesinatos,


Porque el Señor ama la justicia y nunca abandonará a los que son fieles a él. Él los protegerá por siempre. Pero los hijos de los malvados morirán.


Estoy muy cansado, totalmente deshecho. Siento mi corazón como ruge de angustia.


Ellos dicen: “Dios lo ha desechado. Vayamos a buscarlo porque no tiene a nadie que lo salve”.


Muy pronto voy a arreglar las cosas; no tardaré. Vendré con mi salvación sin demora; salvaré a Sión para demostrar mi gloria a Israel.


Todos nosotros gruñimos como osos y arrullamos como palomas mientras esperamos que se haga justicia, pero nunca sucede; esperamos la salvación, pero nunca la recibimos.


Rómpelo y vierte aceite de oliva sobre él; es una ofrenda de grano.


Aproximadamente a las tres de la tarde, Jesús gritó fuertemente diciendo: “Eli, Eli, lama sabachthani?” que significa: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”


A las tres de la tarde Jesús gritó: “Elí, Elí, lema sabactani”, que quiere decir: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”


Y Jesús oraba mucho más, con terrible angustia, y su sudor caía como gotas de sangre sobre suelo.


Entonces Jesús les dijo: “Esto es lo que les explicaba cuando aún estaba con ustedes. Todo lo que estaba escrito sobre mí en la ley de Moisés, los profetas y los salmos, tenía que cumplirse”.


No amen el dinero. Estén contentos con lo que tienen. Dios mismo dijo: “Nunca te defraudaré; nunca te abandonaré”.


Jesús, mientras estuvo aquí, en forma humana, oró y clamó a Dios con grandes gemidos y lágrimas, al único que tenía el poder de salvarlo de la muerte. Y Jesús fue escuchado por su respeto hacia Dios.


Lo cierto es que, gracias a la clase de persona que es el Señor, no abandonará a su pueblo, porque se alegró de reclamarlos a ustedes como suyos.


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