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Salmos 19:12 - Versión Biblia Libre

12 ¿Quién está consciente de sus propios errores? No me castigues por las faltas que desconozco.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

12 ¿Quién podrá entender sus propios errores? Líbrame de los que me son ocultos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

12 ¿Cómo puedo conocer todos los pecados escondidos en mi corazón? Límpiame de estas faltas ocultas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

12 Pero, ¿quién repara en sus deslices? Límpiame de los que se me escapan.

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La Biblia Textual 3a Edicion

12 ¿Quién discernirá sus propios errores? Declárame inocente de los que me son ocultos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

12 Iluminan a tu siervo y en su guarda hay gran provecho.

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Salmos 19:12
19 Referans Kwoze  

Explíquenme esto y me callaré. Muéstrenme en qué me equivoco.


Sabes cuándo me siento, y cuándo me levanto. Conoces mis pensamientos, aún cuando me encuentro a la distancia.


Tu conocimiento maravilloso rebasa mi comprensión, ¡Llega mucho más lejos que mi entendimiento!


Porque estoy pasando por muchos problemas, ¡Son tantos que no puedo contarlos! Mis pecados se han acumulado formando una gran pila, no puedo ni siquiera ver por encima de ellos. ¡Son más que el número de cabellos en mi cabeza! ¡Siento que me voy a rendir!


Lava toda mi culpa; límpiame de mi pecado.


Aunque nos estemos ahogando en nuestros pecados y desobediencia, tú nos perdonas.


Tú has puesto nuestros pecados delante de ti, nuestros más profundos secretos son revelados a la luz de tu presencia.


Entonces el Señor le dijo a Moisés: “Sube a mí al monte y quédate aquí, para que te dé las tablas de piedra, con las instrucciones y órdenes que he escrito para que las aprendan”.


Si rechazas las palabras de consejo, pagaras por ello; pero si respetas el consejo que te dan, serás recompensado.


Todos nos hemos vuelto impuros, y todas las cosas buenas que hacemos son como trapos sucios. Nos marchitamos y morimos como hojas de otoño, y nuestros pecados, como el viento, se los lleva.


La mente es más engañosa que cualquier otra cosa: ¡está incurablemente enferma! ¿Quién puede entenderla?


No sé de nada que haya hecho mal, pero eso no me hace justo. Es el Señor quien me juzga.


Sólo deseo que me respeten y guarden siempre mis mandamientos para que ellos y sus hijos estén bien para siempre.


Así que asegúrate de hacer lo que el Señor tu Dios te ha ordenado hacer, no te desvíes en ninguna dirección.


Pero solo el sumo sacerdote entraba a la segunda sala, y solo una vez al año. Incluso en ese momento tenía que hacer un sacrificio que incluyera sangre, el cual era ofrecido por sí mismo y por los pecados que el pueblo hubiera cometido por ignorancia.


Pero si vivimos en la luz, así como él está en la luz, entonces somos amigos unos con otros, y la sangre de Jesús, su Hijo, nos limpia de todo pecado.


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