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Salmos 18:4 - Versión Biblia Libre

4 Las sogas de la muerte me rodeaban, las aguas de la destrucción se agitaban sobre mí y me ahogaban.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

4 Me rodearon ligaduras de muerte, Y torrentes de perversidad me atemorizaron.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Me enredaron las cuerdas de la muerte; me arrasó una inundación devastadora.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 Las aguas de la muerte me envolvían, los torrentes devastadores me aterraban;'

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 Me rodearon los lazos de la Muerte, Sentí el espanto de los torrentes de Belial.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Yo clamo al Señor, el adorable, y de mis enemigos seré salvo.

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Salmos 18:4
18 Referans Kwoze  

Después de discutir con el pueblo, designó a unos cantores para que alabaran al Señor por su gloriosa y santa bondad. Ellos iban al frente del ejército, cantando: “¡Alaben al Señor, porque su amor digno de confianza es eterno!”


En cuanto empezaron a cantar y a alabar, el Señor tendió una emboscada a los hombres de Amón, Moab y el monte Seír que venían a atacar a Judá, y fueron derrotados.


Estuve atrapado por las trampas de la muerte; Estuve cautivo por los terrores de la tumba. Todo lo que experimenté fue dolor y sufrimiento.


Se hubieran precipitado como una inundación; nos habrían arrastrado por completo como una corriente torrencial.


Los hombres malvados me rodean como una manada de perros. Han perforado mis manos y mis pies.


Estarán aterrorizados; el dolor y la angustia se apoderarán de ellos; sufrirán como una mujer que da a luz. Se mirarán unos a otros conmocionados, con los rostros ardiendo de miedo.


Cuando dijo esto, Judas, uno de los doce, llegó con una gran turba que estaba armada con espadas y palos, y habían sido enviados por los jefes de los sacerdotes y por los ancianos del pueblo.


Entonces Jesús le dijo a la turba: “¿Han venido con espadas y palos para arrestarme como si yo fuese algún criminal? Todos los días me sentaba en el Templo a enseñarles y en ese momento no me arrestaron.


Y toda la ciudad estaba impactada por este hecho y la gente llegaba corriendo. Entonces agarraron a Pablo y lo sacaron a rastras del Templo. De inmediato se cerraron las puertas.


De hecho, era como una sentencia de muerte dentro de nosotros. Esto nos sirvió para dejar de depender de nosotros mismos y comenzar a confiar en Dios, quien levanta a los muertos.


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