Salmos 16:8 - Versión Biblia Libre

⁸ Siempre he mantenido al Señor delante a mí, y no seré zarandeado porque él está a mi lado.

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

⁸ A Jehová he puesto siempre delante de mí; Porque está a mi diestra, no seré conmovido.

Biblia Nueva Traducción Viviente

⁸ Sé que el Señor siempre está conmigo. No seré sacudido, porque él está aquí a mi lado.

Biblia Católica (Latinoamericana)

⁸ Por eso está alegre mi corazón, mis sentidos rebosan de júbilo y aún mi carne descansa segura:

La Biblia Textual 3a Edicion

⁸ A YHVH he puesto siempre delante de mí, Porque está a mi diestra, no seré conmovido.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

⁸ Al Señor tengo yo siempre ante mis ojos: estando él a mi diestra jamás sucumbiré.

Salmos 16:8 Referans Kwoze

Salmos 109:31

Porque él defiende al necesitado, y lo salva de aquellos que lo condenan.

Salmos 110:5

El Señor permanece a tu lado para apoyarte; derribará a reyes en su ira.

Salmos 121:5

El Señor es quien te cuida; el Señor es quien te protege; Él permanece a tu lado.

Salmos 139:18

Si intentara contarlos, serían más que los granos de al arena en la playa. Sin embargo, cuando me levanto sigo contigo.

Salmos 15:5

Prestan su dinero sin cobrar intereses. No aceptan sobornos para testificar en contra de los inocentes. Los que actúan así jamás caerán.

Salmos 21:8

Tú, el rey, encontrarás y capturarás a todos tus enemigos; te apoderarás de todos los que te odian.

Salmos 62:3

¿Hasta cuándo piensan seguir atacándome? ¡Todos ustedes se unen para atacar a un solo hombre! Para ustedes de seguro soy un muro hecho trizas o una valla a punto de desplomarse.

Salmos 62:6

Él es mi protector y salvador. Me guarda y por ello nunca estaré en peligro.

Salmos 62:7

Mi salvación y mi éxito vienen de Dios solamente. Él es mi seguridad y mi protección.

Salmos 73:23

Sin embargo, siempre estoy contigo, y tú sostienes mi mano.

Salmos 73:26

Mi cuerpo y mi mente podrás fallar, pero Dios es el fundamento de mi vida. Él es mío para siempre!

Hebreos 11:27

Por fe en Dios, salió de Egipto y no tuvo temor de la ira del Faraón, sino que siguió adelante con sus ojos fijos en el Dios invisible.