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Salmos 122:1 - Versión Biblia Libre

1 Me alegré cuando me dijeron, “Vamos a la casa del Señor”.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

1 Yo me alegré con los que me decían: A la casa de Jehová iremos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Me alegré cuando me dijeron: «Vayamos a la casa del Señor».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Me puse alegre cuando me dijeron: '¡Vamos a la casa del Señor!'

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Cántico gradual. De David. Yo me alegré con los que me decían: ¡Vayamos a la Casa de YHVH!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Canto gradual. De David. Me llené de gozo cuando me dijeron: 'Iremos a la casa del Señor'.

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Salmos 122:1
27 Referans Kwoze  

Siempre me aferraré a tus enseñanzas porque tu palabra me llena de felicidad.


Clamé al Señor en medio de todas mis tribulaciones, y Él me contestó.


Alzo la vista hacia los montes, pero, ¿Es de allí de donde viene mi ayuda?


Alzo mi vista hacia ti, el único que gobierna desde los cielos.


Si el Señor no hubiera estado para nosotros, ¿Qué habría pasado? Todo Israel diga:


Los que confían en el Señor son como el monte Sión, porque es inquebrantable y dura para siempre.


¡Cuando el Señor trajo a Israel de vuelta del cautiverio, fue como si estuviéramos soñando!


Si el Señor no es el que construye la casa, es inútil el trabajo de los albañiles. Si el Señor no guarda la ciudad, el trabajo de los guardias no tiene sentido.


¡Felices son los que alaban al Señor, todos los que siguen sus caminos!


Muchos enemigos me han atacado desde que era joven. Que todo Israel diga:


Señor, clamo a ti desde lo más profundo de mi dolor.


Señor, no soy orgulloso ni arrogante. No me preocupo de cosas que están más allá de mí, ni de problemas que están más allá de mi experiencia.


Señor, acuérdate de David, y todo por lo que él pasó.


¡Cuán bueno y delicioso es que las personas vivan juntas en armonía!


Alaben al Señor, todos ustedes, sus siervos, que adoran en su casa al anochecer.


Señor, amo tu casa, el lugar donde vives en tu gloria.


Me siento inconsolable al recordar cuando caminaba entre las multitudes, guiándolos en una procesión hacia la casa del Señor, con cantos de alegría y canciones de agradecimiento de los adoradores en el festival.


Nuestra amistad era muy cercana. Solíamos tener grandes pláticas juntos mientras caminábamos con los demás hacia la casa del Señor.


Un día en tus atrios es mejor que mil en cualquier otro lugar. Preferiría permanecer en la casa del Señor siendo portero, que vivir cómodamente en la casa de los malvados.


La gente vendrá y dirá: “Subamos al monte del Señor, al Templo del Dios de Jacob. Allí Dios nos enseñará sus caminos y seguiremos sus indicaciones. Las enseñanzas de Dios se extenderán desde Sión, y su palabra desde Jerusalén”.


Se acerca un día en que los vigías gritarán desde las colinas de Efraín: “¡Vamos, subamos a Sión para adorar al Señor, nuestro Dios!”


“El príncipe debe entrar cuando el pueblo lo haga, y salir cuando éste salga.


Muchas naciones dirán: “Subamos a la cima del monte del Señor, al Templo del Dios de Jacob. Allí Dios nos enseñará sus caminos y seguiremos sus enseñanzas”. Las enseñanzas de Dios se esparcirán desde Sión y su palabra desde Jerusalén.


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