Proverbios 17:19 - Versión Biblia Libre

¹⁹ A los que aman el pecado les gusta el pleito. Los que construyen muros altos invitan a la destrucción.

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

¹⁹ El que ama la disputa, ama la transgresión; Y el que abre demasiado la puerta busca su ruina.

Biblia Nueva Traducción Viviente

¹⁹ Al que le gusta pelear, le gusta pecar; el que confía en sus altas murallas invita al desastre.

Biblia Católica (Latinoamericana)

¹⁹ Amar la discusión es buscar los golpes, el que toma un tono arrogante busca su propia desgracia.

La Biblia Textual 3a Edicion

¹⁹ El que ama la disputa, ama la transgresión, Y quien abre mucho la puerta, busca su propia ruina.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

¹⁹ Quien ama las reyertas ama el pecado, quien se muestra altanero busca la ruina.

Proverbios 17:19 Referans Kwoze

2 Samuel 15:1

Algún tiempo después, Absalón se consiguió un carro de guerra con caballos y cincuenta hombres como guardaespaldas para que corrieran delante de él.

1 Reyes 1:5

Adonías, hijo de Jaguit, comenzó aautoproclamarse, diciendo: “¡Voy a ser rey!”. Y dispuso carros y jinetes para él, y cincuenta hombres para que corrieran delante de él.

Proverbios 16:18

El orgullo lleva a la destrucción. Y un espíritu arrogante conduce a la caída.

Proverbios 17:14

El comienzo de una discordia es como la primera grieta en una presa de agua, así que abandónala antes de que la discusión estalle.

Proverbios 18:12

El orgullo conduce a la destrucción. La humildad precede a la honra.

Proverbios 24:27

Haz primero el trabajo que necesitas hacer afuera y prepárate para sembrar tus campos. Solo después de eso, comienza a construir tu casa.

Proverbios 29:9

Cuando un sabio lleva a un tonto a la corte, habrá rabia y ridículo pero sin soluciones.

2 Corintios 12:20

Cuando voy de visita, me preocupo de no encontrarlos como quisiera, y de que ustedes no me vean como quisieran verme. Me temo que habrá discusiones, celos, enojo, calumnia, chisme, arrogancia, y desorden.

Santiago 1:20

porque el enojo humano no refleja el verdadero carácter de Dios.