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Oseas 2:23 - Versión Biblia Libre

23 Yo la ‘sembraré’ para mi mismo en la tierra. Amaré a Lo-ruhamah (no amada) y a Lo-ammi (no mi pueblo) le diré: ‘tú eres mi pueblo,’ y me dirá: ‘Tú eres mi Dios’”.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

23 Y la sembraré para mí en la tierra, y tendré misericordia de Lo-ruhama; y diré a Lo-ammi: Tú eres pueblo mío, y él dirá: Dios mío.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

23 En ese tiempo yo sembraré una cosecha de israelitas y los haré crecer para mí. Demostraré amor a los que antes llamé “no amados”. Y a los que llamé “no son mi pueblo”, yo diré: “Ahora son mi pueblo”. Y ellos responderán: “¡Tú eres nuestro Dios!”».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

23 En ese día, palabra de Yavé, responderé a los cielos y ellos responderán a la tierra.

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La Biblia Textual 3a Edicion

23 Y la sembraré° en la tierra para mí mismo, Y me compadeceré de Lo-ruhama, Y diré a Lo-ammi: Pueblo mío. Y él responderá: ¡Tú eres mi Dios!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

23 Aquel día responderé -oráculo de Yahveh-, responderé a los cielos, y ellos responderán a la tierra;

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Oseas 2:23
33 Referans Kwoze  

¡Tú eres mi Dios, y te agradeceré! ¡tú eres mi Dios, y te alabaré!


Todos en el mundo entero se arrepentirán y volverán al Señor; todas las naciones adorarán antes de ti.


¡Que venga Egipto con regalos de bronce; que se apresure Etiopía en traer sus tributos a Dios!


Que haya abundancia de grano en la tierra, incluso que crezca en lo alto de las montañas. Que el fruto de los árboles cuelgue como en los árboles del Líbano. Que la gente de la ciudad prospere como la hierba en el campo.


¡Mi amor es mío, y yo soy suya! Él se alimenta entre los lirios,


Uno de ellos dirá: “Pertenezco al Señor,” mientras que otro se llamará con el nombre de Jacob, y otro escribirá en su mano: “Pertenezco al Señor”, y se llamará Israel.


Señor, tú eres mi fuerza y mi fortaleza, mi lugar seguro en el tiempo de angustia. Vendrán a ti naciones de toda la tierra, y dirán: “¡La religión de nuestros antepasados era una total mentira! Los ídolos que adoraban eran inútiles, no servían para nada.


Ustedes serán mi pueblo y yo seré su Dios.


¡Mira! Se acerca el tiempo, dice el Señor, en que haré crecer el número de personas y de ganado en Israel y en Judá.


Ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios.


tampoco puedo rechazar a los descendientes de Jacob y de mi siervo David, y no puedo dejar de hacer que sus descendientes sean gobernantes sobre los descendientes de Abraham, Isaac y Jacob. Los haré volver del exilio y seré benévolo con ellos.


Te salvaré de todo lo que te hace impuro. Me aseguraré de que tengas mucho grano. No te enviaré ninguna hambruna.


Gómer volvió a quedar embarazada y esta vez tuvo una hija. El Señor le dijo entonces a Oseas: “Ponle por nombre Lo-ruhama, porque no amaré más a la casa de Israel y de seguro no los perdonaré.


Israel invoca a mi: “¡Nuestro Dios, te conocemos!”


Los he dispersado como semillas en medio de las naciones, y desde lugares lejanos se acordarán de mi. Traerán a sus hijos y regresarán juntos.


Yo pondré este tercio en el fuego, y lo refinaré como la plata, los probaré como se prueba al oro. Ellos clamarán por mi ayua, y yo les responderé. Diré: “Este es mi pueblo”, y ellos dirán: “El Señor es mi Dios”.


Después de esto, cada sobreviviente de las naciones que atacaron a Jerusalén irán allí a adorar al Rey, al Señor Todopoderoso, y a celebrar la Fiesta de las Enramadas.


El Señor será el rey sobre toda la tierra. Ese día habrá un verdadero Señor, y su nombre será el único.


Ese día, muchas naciones creerán en el Señor, y serán mi pueblo. Yo viviré en medio de ustedes, y ustedes sabrán que el Señor Todopoderoso me ha enviado a ustedes.


Me siento honrado por las naciones desde el extremo más oriental, hasta el extremo más oriental. En todas partes la gente me trae ofrendas de incienso y sacrificios puros. Soy honrado entre las naciones, dice el Señor Todopoderoso.


¿Acaso Dios es solamente Dios de los judíos? ¿Acaso él no es el Dios de los demás pueblos también? ¡Por supuesto que sí!


Esta carta viene de parte de Santiago, siervo de Dios y del Señor Jesucristo. Es enviada a las doce tribus dispersas en el extranjero. ¡Mis mejores deseos para ustedes!


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