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Nehemías 9:2 - Versión Biblia Libre

2 Los de ascendencia israelita se separaron de los extranjeros y se pusieron de pie para confesar sus pecados y los de sus antepasados.

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Biblia Reina Valera 1960

2 Y ya se había apartado la descendencia de Israel de todos los extranjeros; y estando en pie, confesaron sus pecados, y las iniquidades de sus padres.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Los de ascendencia israelita se separaron de todos los extranjeros para confesar sus propios pecados y los pecados de sus antepasados.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 La raza de Israel se apartó de todos los extranjeros, se presentaron y confesaron sus pecados y las culpas de sus padres.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 Y los del linaje de Israel se separaron de todos los extranjeros° y confesaron sus pecados y las iniquidades de sus padres.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Los de la raza de Israel se separaron de todos los extranjeros y, puestos en pie, confesaron sus pecados y las maldades de sus padres.

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Nehemías 9:2
24 Referans Kwoze  

Pero si recapacitan en su tierra de cautiverio y se arrepienten y te piden misericordia, diciendo: ‘Hemos pecado, hemos hecho el mal, hemos actuado con maldad’,


Ahora deben confesar su pecado al Señor, el Dios de sus antepasados, y hacer lo que él les pide. Corta tus vínculos con la gente de la tierra y con tus esposas extranjeras”.


La Pascua la comían el pueblo de Israel que había regresado del exilio y los que se habían unido a ellos y habían rechazado las prácticas paganas de los pueblos de la tierra para adorar al Señor, el Dios de Israel.


Algún tiempo después de todo esto, los líderes vino y me dijo: “El pueblo de Israel, incluidos los sacerdotes y los levitas, no se ha mantenido separado de los pueblos que nos rodean, cuyas repugnantes prácticas religiosas son similares a las de los cananeos, hititas, ferezeos, jebuseos, amonitas, moabitas, egipcios y amorreos.


Señor, Dios de Israel, tú procedes con justicia. Hoy somos todo lo que queda, un remanente. Estamos ante ti con nuestra culpa, y por su causa nadie puede permanecer ante ti”.


Algunos israelitas incluso se han casado con mujeres de estos pueblos, tanto ellos como sus hijos, mezclando la raza santa con estos pueblos de la tierra. Nuestros líderes y funcionarios están al frente de este comportamiento pecaminoso”.


por favor escucha y enfoca tu atención en la oración de tu siervo que te estoy orando ahora, día y noche, en nombre de tus siervos, los israelitas. Confieso los pecados que los israelitas hemos cometido contra ti, incluidos los míos y los de mi familia.


El resto del pueblo, incluidos los sacerdotes, los levitas, los porteros, los cantores y los servidores del Templo, y todos los que se habían separado del pueblo de la tierra para guardar la Ley de Dios, así como sus esposas y todos sus hijos e hijas que tuvieran edad suficiente para entender,


se unieron a los líderes para jurar seguir la Ley de Dios dada a través de Moisés, el siervo de Dios, para prestar atención y llevar a cabo todos los mandatos del Señor, nuestro Dios, sus normas y reglamentos.


Cuando el pueblo se enteró de esta ley, separó de Israel a todos los que tenían ascendencia extranjera.


Los purifiqué de todo lo ajeno, y me aseguré de que los sacerdotes y los levitas cumplieran con sus responsabilidades asignadas.


Libérame. Rescátame de la opresión de enemigos de otras naciones. Ellos son mentirosos y hablan con engaños aún bajo juramento.


Extiende tu mano desde el cielo y libérame. Rescátame de las aguas profundas, y de la opresión de los enemigos extranjeros.


Los que ocultan sus pecados no prosperarán; pero los que confiesan y se apartan de sus pecados, serán tratados con bondad.


Porque tú, Señor, has renunciado a tu pueblo, los israelitas, porque han adoptado prácticas paganas de Oriente, usan hechizos como los filisteos y se hacen amigos de los extranjeros.


Señor, reconocemos nuestra maldad, la culpa de nuestros antepasados y nuestros propios pecados contra ti.


Reconoce que hiciste mal, que te rebelaste contra el Señor, tu Dios. Te dispersaste, cometiendo adulterio al adorar a dioses extranjeros bajo cualquier árbol verde, negándote a hacer lo que te dije, declara el Señor.


Seguí hablando, orando y confesando mis pecados y los de mi pueblo Israel, suplicando ante el Señor, mi Dios, en favor de Jerusalén, su monte santo.


Ellos han sido infieles al Señor y han tenido hijos que no son de él. Ahora la luna nueva los destruirá junto con sus campos.


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