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Nehemías 13:11 - Versión Biblia Libre

11 Fui y me enfrenté a los dirigentes, preguntándoles: “¿Por qué se descuida el Templo de Dios?” . Llamé a los levitas y se aseguró de que cumplieran con sus responsabilidades.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

11 Entonces reprendí a los oficiales, y dije: ¿Por qué está la casa de Dios abandonada? Y los reuní y los puse en sus puestos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 Inmediatamente enfrenté a los dirigentes y les pregunté: «¿Por qué ha sido descuidado el templo de Dios?». Luego pedí a todos los levitas que regresaran y los reintegré para que cumplieran con sus obligaciones.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 Por eso reté severamente a los funcionarios, diciéndoles: '¿Por qué está en el abandono la Casa de Dios?' Reuní de nuevo a los levitas y los repuse en sus funciones.

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 Entonces recriminé a los prefectos, y dije: ¿Por qué está abandonada la Casa de Dios? Y los reuní y los coloqué en su puesto.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 Reprendí a los consejeros y les dije: '¿Por qué está abandonada la casa de Dios?'. Luego los reuní y los restablecí en sus funciones.

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Nehemías 13:11
8 Referans Kwoze  

“El pueblo de Israel y los levitas llevarán las ofrendas de grano, vino nuevo y aceite de oliva a los almacenes donde se guardan los objetos del santuario, donde están los sacerdotes ministrantes, los porteros y los cantores. No olvidaremos el Templo de nuestro Dios”.


Algunas personas de Tiro que vivían en Jerusalén traían pescado y toda clase de cosas y las vendían en sábado al pueblo de Judá en Jerusalén.


Así que me enfrenté a ellos y les dije que estaban malditos. A algunos los golpeé y les arranqué el pelo. Luego les hice prestar un juramento ante Dios, diciendo: “No deben permitir que sus hijas se casen con sus hijos, ni permitir que sus hijos – o ustedes mismos – secasen con sus hijas.


¿Tenía miedo de lo que pensaran los demás, del desprecio que me hicieran las familias, y por eso me callaba y no salía?


Los que rechazan la ley alaban a los malvados, pero los que guardan la ley luchan contra ellos.


Los pecados de estos jóvenes eran extremadamente graves ante los ojos del Señor, porque estaban tratando las ofrendas del Señor con desprecio.


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