17 Tus líderes son como langostas, tus oficiales son como una plaga de langostas. Yacen en los muros en el día frío, pero cuando el sol sale, se van volando y nadie sabe a dónde han ido.
17 Tus príncipes serán como langostas, y tus grandes como nubes de langostas que se sientan en vallados en día de frío; salido el sol se van, y no se conoce el lugar donde están.
17 Tus guardias y tus oficiales también son como una nube de langostas que se amontona sobre los cercos en un día frío. Pero al igual que las langostas que vuelan cuando sale el sol, todos levantarán el vuelo y desaparecerán.
17 tus guardias, como langosta,
y tus funcionarios como enjambres de insectos
que se posan en los cercos en un día de frío.
Sale el sol y se van,
se despliegan los pulgones,
se vuelan y nadie sabe dónde.
17 Tus guardianes son como saltamontes, tus escribas como nube de insectos que se posan en los paredones en días de frío. Sale el sol y se escapan y nadie sabe adónde.
¡Izad una bandera de señales en el país! ¡Toca la trompeta de llamada a la guerra entre las naciones! Preparen a las naciones para atacarla; convoquen a los reinos para marchar contra ella: Ararat, Minni y Asquenaz. Elige a un comandante para que dirija los ejércitos que la atacarán; envía a la caballería de batalla como una nube de langostas.
“Extranjeros de la más cruel de las naciones lo talaron y lo dejaron tirado. Sus ramas yacen caídas y rotas en los montes y valles de la campiña. Todos en la tierra salieron de su sombra y lo abandonaron.