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Mateo 6:16 - Versión Biblia Libre

16 “Cuando ayunen, no sean como los hipócritas que ponen caras tristes y un semblante espantoso para que todos vean que están ayunando.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

16 Cuando ayunéis, no seáis austeros, como los hipócritas; porque ellos demudan sus rostros para mostrar a los hombres que ayunan; de cierto os digo que ya tienen su recompensa.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

16 »Cuando ayunes, que no sea evidente, porque así hacen los hipócritas; pues tratan de tener una apariencia miserable y andan desarreglados para que la gente los admire por sus ayunos. Les digo la verdad, no recibirán otra recompensa más que esa.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

16 Cuando ustedes hagan ayuno, no pongan cara triste, como los que dan espectáculo y aparentan palidez, para que todos noten sus ayunos. Yo se lo digo: ellos han recibido ya su premio.

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La Biblia Textual 3a Edicion

16 Cuando estéis ayunando, no seáis como los hipócritas, que desfiguran sus rostros, sombríos, para demostrar a los hombres que están ayunando. De cierto os digo, ya están recibiendo toda su recompensa.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

16 Cuando ayunéis, no pongáis cara macilenta como los hipócritas, que adrede se desfiguran el rostro, para hacer ver a la gente que están ayunando; os lo aseguro: ya están pagados.

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Mateo 6:16
25 Referans Kwoze  

David suplicó a Dios en favor del niño. Ayunó, se dirigió a su habitación y pasó la noche tumbado en el suelo con ropa de silicio.


“¿Por qué te comportas así?” , le preguntaron sus funcionarios. “Mientras el niño estaba vivo, ayunabas y llorabas en voz alta, pero ahora que ha muerto, te levantas y comes”.


En cuanto Acab escuchó este mensaje, se rasgó las vestiduras, se vistió de cilicio y ayunó. Incluso se acostó en tela de silicio, y caminaba arrepentido.


Cuando me enteré de la noticia, me senté, llorando y lamentándome durante días, ayunando y orando al Dios del cielo.


“Haz que todos los judíos de Susa se reúnan y ayunen por mí. No coman ni beban nada durante tres días y tres noches. Yo y mis doncellas también ayunaremos. Después iré a ver al rey, aunque sea contra la ley, y si muero, que muera”.


Estoy tan débil por la falta de comida que mis piernas ya no dan más; Mi cuerpo es solo piel y huesos.


Pero cuando ellos estuvieron enfermos, me puse ropas de cilicio por piedad hacia ellos. Me negué a mí mismo por medio de ayunos. Que mi oración por ellos retorne en bendiciones.


Lloré e hice ayuno, pero se burlaron de mi.


Así que me dirigí al Señor Dios en oración. Ayuné y me vestí de cilicio y ceniza, y le supliqué en oración que actuara.


Ustedes han dicho: “¿Qué sentido tiene servir a Dios? ¿Qué beneficio hay en guardar sus mandamientos o en presentarse ante el Señor Todopoderoso con caras largas?


“Asegúrense de que sus buenas obras no sean delante de la gente, solo para que los vean. De lo contrario, no tendrán ninguna recompensa de su Padre que está en el cielo.


Cuando den a los pobres, no sean como los hipócritas que se jactan anunciando en las sinagogas y en las calles lo que hacen para que la gente los alabe. Yo les digo la verdad: ellos ya tienen su recompensa.


“Cuando oren, no sean como los hipócritas, porque a ellos les encanta ponerse en pie y orar en las sinagogas y en las esquinas de las calles para que la gente los vea. Yo les prometo que ellos ya tienen su recompensa.


Aconteció que los discípulos de Juan y los Fariseos estaban ayunando. Algunos de ellos vinieron donde Jesús estaba y le preguntaron: “¿Por qué los discípulos de Juan y los Fariseos ayunan, pero tus discípulos no lo hacen?”


Yo ayuno dos veces a la semana, y pago el diezmo de mi salario’.


y luego quedó viuda. Tenía ochenta y cuatro años de edad. Pasaba el tiempo adorando en el Templo, ayunando y orando.


“Hace cuatro días, cerca de esta misma hora—tres de la tarde—yo estaba orando en mi casa”, explicó Cornelio. “Cuando de repente vi a un hombre en pie frente a mí, vestido con ropas que brillaban.


Después de haber escogido ancianos para cada iglesia, y de haber orado y ayunado con ellos, Pablo y Bernabé los encomendaron al Señor, Aquél en quien creían.


De manera que no se priven el uno del otro, excepto por mutuo acuerdo, por un tiempo, por ejemplo, si quieren dedicar un tiempo a la oración. Después, vuelvan a estar juntos para que Satanás no los tiente a pecar por causa de su falta de dominio propio.


He enfrentado trabajo duro y luchas, muchas noches sin dormir, hambre y sed, a menudo he estado sin comida, con frío, y sin ropa para cubrirme del frío.


Hemos sido azotados, llevados a la cárcel y atacados por turbas. Nos han hecho trabajar hasta el cansancio, soportando noches sin dormir y con hambre.


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