38 »Sin embargo, cuando los agricultores vieron que venía el hijo, se dijeron unos a otros: “Aquí viene el heredero de esta propiedad. Vamos, matémoslo y nos quedaremos con la propiedad”.
Ahora toda la familia está en mi contra, y me dicen: ‘Entrega a tu hijo, que ha matado a su hermano, para que lo condenemos a muerte por haber asesinado a su hermano. Así tampoco heredará nada’. Con esto apagarían el último tizón de esperanza que tengo para continuar con el nombre de mi marido y su familia en el mundo”.
Pero cuando lo vieron venir, los granjeros debatieron entre ellos y dijeron: ‘Este es el heredero del dueño. ¡Matémoslo! Así podremos quedarnos con su herencia’.