Mateo 18:5 - Versión Biblia Libre

⁵ Cualquiera que acepta a un niño como este en mi nombre, me acepta a mí.

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

⁵ Y cualquiera que reciba en mi nombre a un niño como este, a mí me recibe.

Biblia Nueva Traducción Viviente

⁵ »Todo el que recibe de mi parte a un niño pequeño como este, me recibe a mí;

Biblia Católica (Latinoamericana)

⁵ Y el que recibe en mi nombre a un niño como éste, a mí me recibe.

La Biblia Textual 3a Edicion

⁵ y cualquiera que reciba en mi nombre a un niño como éste, a mí me recibe.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

⁵ Y quien acoge en mi nombre a un niño como éste, es a mí a quien acoge.

Mateo 18:5 Referans Kwoze

Mateo 18:4

Pero cualquiera que se humilla y se vuelve como este niño, ese es el más grande en el reino de los cielos.

Mateo 18:6

Pero cualquiera que hace pecar a uno de estos niños que cree en mí, sería mejor que atase a su cuello una piedra de moler y se lance a las profundidades del mar.

Mateo 25:40

El rey les dirá: ‘en verdad les digo que todo lo que hicieron por uno de estos de menor importancia, lo hicieron por mi’.

Mateo 25:45

Entonces él les dirá: ‘en verdad les digo que todo lo que no hicieron por uno de estos de menor importancia, no lo hicieron por mi’.

Mateo 7:8

Todo el que pide, recibe; todo el que busca, encuentra; a todo el que toca, se le abre la puerta.

Marcos 9:37

“Cualquiera que recibe a un niño como este en mi nombre, me recibe a mí, y cualquiera que me recibe a mí, no me recibe a mí, sino al que me envió”.

Marcos 9:41

Todo el que les brinde un vaso de agua a ustedes en mi nombre, porque ustedes pertenecen a Cristo, créanme que no perderá su recompensa.

Lucas 9:48

Entonces les dijo: “Todo aquél que acepta a este niño en mi nombre, me acepta a mí, y todo aquél que me acepta a mí, acepta al que me envió. El menos importante entre todos ustedes es el más importante”.

Juan 13:20

Les digo la verdad, cualquiera que recibe a quien yo envío, me recibe a mí, y recibe a Aquél que me envió”.

Gálatas 4:14

Y aunque mi enfermedad fue muy incómoda para ustedes, no me rechazaron ni me despreciaron, sino que de hecho, me trataron como a un ángel de Dios, como a Jesucristo mismo.