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Mateo 14:33 - Versión Biblia Libre

33 Y los que estaban en la barca lo adoraban, diciendo: “¡Realmente eres el Hijo de Dios!”

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

33 Entonces los que estaban en la barca vinieron y le adoraron, diciendo: Verdaderamente eres Hijo de Dios.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

33 Entonces los discípulos lo adoraron. «¡De verdad eres el Hijo de Dios!», exclamaron.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

33 y los que estaban en la barca se postraron ante él, diciendo: '¡Verdaderamente tú eres el Hijo de Dios!'

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La Biblia Textual 3a Edicion

33 Y los que estaban en la barca° lo adoraron, diciendo: Verdaderamente Tú eres el Hijo de Dios.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

33 Los que estaban en la barca se postraron ante él, exclamando: '¡Realmente, eres Hijo de Dios!'.

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Mateo 14:33
27 Referans Kwoze  

“Yo proclamaré el decreto del Señor”, dice el rey. “Él me dijo: ‘Tú eres mi hijo. Hoy me he convertido en tu padre.


“¡Mira!”, gritó. “¿Cómo es que puedo ver a cuatro hombres, no atados, caminando en el fuego y sin quemarse? Y el cuarto parece un dios!”


Y cuando entraron a la barca, el viento dejó de soplar.


Pero la mujer vino y se arrodilló delante de él, y le dijo: “¡Señor, por favor, ayúdame!”


“Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios viviente”, respondió Simón Pedro.


Mientras Pedro aún hablaba, una nube brillante los cubrió. Entonces se escuchó una voz que salía desde la nube, que decía: “Este es mi hijo a quien amo, el cual me complace. Escúchenlo”.


Entraron a la casa y vieron al niño con María, su madre. Se arrodillaron y lo adoraron. Entonces abrieron sus bolsas de tesoros y le obsequiaron regalos de oro, incienso y mirra.


Pero Jesús se quedó en silencio. El sumo sacerdote le dijo a Jesús: “En nombre del Dios vivo, te coloco bajo juramento. Dinos si eres el Mesías, el Hijo de Dios”.


Él cree en Dios con tanta seguridad, —pues entonces que Dios lo rescate si lo quiere, pues él decía ‘yo soy el Hijo de Dios’”.


Cuando el centurión y los que estaban con él vigilando a Jesús vieron el terremoto y lo que había ocurrido, se atemorizaron y dijeron: “¡Este era realmente el Hijo de Dios!”


Cuando lo vieron, lo adoraron, aunque algunos dudaban.


De repente, Jesús llegó a su encuentro, y las saludó. Ellas se lanzaron hacia él, se aferraron a sus pies y lo adoraron.


El tentador vino y le dijo: “Si realmente eres el hijo de Dios, ordena a estas piedras que se conviertan en pan”.


Este es el principio de la Buena Noticia sobre Jesucristo, el Hijo de Dios.


Pero Jesús permanecía en silencio y no respondía. Así que el sumo sacerdote le preguntó de nuevo: “¿eres el Mesías, el Hijo del Dios bendito?”


Cuando el centurión que estaba frente a Jesús vio cómo murió, dijo: “Este hombre era de verdad el Hijo de Dios”.


Ellos lo alabaron, y luego regresaron a Jerusalén llenos de alegría.


Salieron demonios de muchas personas, gritando: “Tú eres el hijo de Dios”. Pero Jesús los interrumpía y no los dejaba hablar porque ellos sabían que él era el Cristo.


Cuando vio a Jesús gritó, se lanzó a los pies de Jesús y le preguntó en voz alta: “¿Qué quieres conmigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? ¡Por favor, no me tortures, te lo ruego!”


“¡Rabí, tu eres el Hijo de Dios, el rey de Israel!” exclamó Natanael.


“Sí, Señor”, respondió ella, “Yo creo que eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que esperábamos que viniera al mundo”.


Cuando Jesús terminó de decir esto, levantó su Mirada al cielo y dijo: “Padre, ha llegado el momento. Glorifica a tu Hijo para que el Hijo pueda glorificarte.


Los líderes judíos respondieron: “Tenemos una ley, y de acuerdo a esa ley, él debe morir porque se proclamó a sí mismo como el Hijo de Dios”.


Nosotros creemos en ti y estamos convencidos de que eres el Santo de Dios”.


A medida que continuaban el camino, llegaron a un lugar donde había agua. Entonces el eunuco dijo: “Mira, aquí hay agua, ¿por qué no me bautizas?”


pero que fue revelado como Hijo de Dios por medio de su resurrección de los muertos por el poder del Espíritu Santo. Él es Jesucristo, nuestro Señor.


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