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Marcos 11:18 - Versión Biblia Libre

18 Los jefes de los sacerdotes y maestros religiosos escucharon lo que había ocurrido, y trataban de encontrar la manera de matar a Jesús. Pero le tenían miedo, porque todos estaban muy impresionados por sus enseñanzas.

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Biblia Reina Valera 1960

18 Y lo oyeron los escribas y los principales sacerdotes, y buscaban cómo matarle; porque le tenían miedo, por cuanto todo el pueblo estaba admirado de su doctrina.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

18 Cuando los principales sacerdotes y los maestros de la ley religiosa oyeron lo que Jesús había hecho, comenzaron a planificar cómo matarlo; pero tenían miedo de Jesús, porque la gente estaba asombrada de su enseñanza.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

18 Los jefes de los sacerdotes y los maestros de la Ley se enteraron de lo ocurrido y pensaron deshacerse de él; le tenían miedo al ver el impacto que su enseñanza producía sobre el pueblo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

18 Y lo oyeron los principales sacerdotes y los escribas, y buscaban cómo acabar con Él, porque le temían, pues todo el pueblo estaba maravillado de su doctrina.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

18 Cuando los pontífices y los escribas se enteraron buscaban la manera de acabar con él; pero le tenían miedo, porque todo el pueblo estaba maravillado de su enseñanza.

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Marcos 11:18
26 Referans Kwoze  

“¿Así que has venido a buscarme, mi enemigo?” preguntó Acab a Elías. “Te he encontrado, porque te has vendido a hacer lo que es malo a los ojos del Señor”, respondió Elías.


El rey de Israel le dijo a Josafat: “¿No te he dicho que él nunca me profetiza nada bueno, sino sólo malo?”


“Sí, hay otro hombre que podría consultar al Señor”, respondió el rey de Israel, “pero no me gusta porque nunca profetiza nada bueno para mí, ¡siempre es malo! Se llama Micaías, hijo de Imá”. “No deberías hablar así”, dijo Josafat.


Esto es lo que dice el Señor, el Redentor y Santo de Israel, al que fue despreciado y detestado por la nación, al que es siervo de los gobernantes: Los reyes te verán y se pondrán de pie, y los príncipes se inclinarán ante ti, porque el Señor, que es digno de confianza, el Santo de Israel, te ha elegido.


Pero cuando el jefe de los sacerdotes y los maestros religiosos vieron los milagros asombrosos que él hacía, y a los niños que gritaban en el Templo, “Hosanna al hijo de David”, se sintieron ofendidos. “¿Escuchas lo que dicen estos niños?” le preguntaron.


Cuando Jesús terminó de explicar estas cosas, las multitudes se maravillaban de su enseñanza,


La gente estaba maravillada de su enseñanza, porque él hablaba con autoridad, no como los maestros religiosos.


Pero si decimos que era de origen humano, pues…” Y tenían miedo de la multitud, porque todos creían que Juan era un verdadero profeta.


Los líderes judíos trataban de atraparlo porque se dieron cuenta de que la ilustración estaba dirigida a ellos, pero tenían miedo de la multitud. Así que lo dejaron solo y se fueron.


Los Fariseos salieron, e inmediatamente comenzaron a conspirar con los aliados de Herodes sobre cómo podrían matar a Jesús.


porque Herodes sabía que Juan era un hombre santo que hacía lo recto. Herodes protegía a Juan y, aunque lo que Juan le decía lo inquietaba, aun así Herodes se complacía en escuchar lo que él decía.


Y enseñaba en el Templo todos los días. Los jefes de los sacerdotes, los maestros religiosos y los líderes del pueblo estaban tratando de matarlo.


Todos los que lo escuchaban hablar se quedaban sorprendidos por su entendimiento y por las respuestas que daba.


E inmediatamente los maestros religiosos y los jefes de los sacerdotes quisieron arrestarlo porque se dieron cuenta de que el relato que Jesús había contado estaba dirigido contra a ellos, pero tenían miedo de lo que la gente pudiera hacer.


Y todos expresaron su aprobación hacia él, asombrados por las palabras que salieron de sus labios. “¿Acaso no es este el hijo de José?” se preguntaban ellos.


Después de esto, Jesús se dedicó a ir de un lugar a otro, por toda Galilea. Él no quería hacer lo mismo en Judea porque los judíos intentaban matarlo.


Moisés les dio a ustedes la ley, ¿no es así? Sin embargo, ¡ninguno de ustedes guarda la ley! ¿Por qué están tratando de matarme?”


“Nadie nunca habló como habla este hombre”, respondieron los guardias.


Y Pablo debatió con ellos sobre vivir rectamente, sobre el dominio propio, y sobre el juicio venidero. Félix se intranquilizó y le dijo a Pablo: “Vete ahora, y enviaré a buscarte cuando tenga la oportunidad”.


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