9 Ahora mismo el hacha del juicio de Dios está lista para cortar las raíces de los árboles. Así es, todo árbol que no produzca buenos frutos será cortado y arrojado al fuego.
“¿Quién es tan grande y glorioso como tú entre los árboles del Edén? Pero tú también serás llevado a la tierra de abajo para estar con los árboles del Edén. Allí estarás con los paganos, con los muertos por la espada. Esto es lo que le sucederá al Faraón y a todo su numeroso pueblo, declara el Señor Dios”.
Y gritó en voz alta: ‘¡Destruyan el árbol y corten sus ramas! Sacudan sus hojas y dispersen sus frutos. Alejen a los animales de su sombra y espanten a las aves de sus ramas.
“Entonces Su Majestad vio bajar del cielo a un vigilante, un santo, que dijo: ‘Corten el árbol y destrúyanlo, pero dejen el tronco y sus raíces en la tierra, y átenlo con hierro y bronce, rodeado de la hierba nueva del campo. Que se empape con el rocío del cielo y que viva con los animales de fuera, en la maleza. Que su mente se vuelva como la de un animal. Que sea así por siete veces’.
Entonces les contó este relato a manera de ilustración. “Había un hombre que tenía una higuera plantada en su viña. Él fue buscar frutos en el árbol, pero no encontró ninguno.
Entonces le dijo al jardinero: ‘Mira, por tres años he venido a buscar fruto y no encuentro nada. ¡Córtalo! ¿Por qué habría de estar aquí ocupando espacio?’