volverán a oírse allí los sonidos de la alegría y la fiesta, las voces alegres de los novios y los gritos de alabanza de los que traen ofrendas de agradecimiento al Templo del Señor, diciendo: “¡Gracias al Señor Todopoderoso! Porque el Señor es bueno; su amor confiable perdura para siempre”. Porque yo también haré volver a la tierra de su “cautiverio”, dice el Señor.
Traigan dos panes de sus casas como ofrenda mecida. Hacedlos de dos décimas de efa de la mejor harina, cocidos con levadura, como primicias para el Señor.
Además del pan, presenten siete corderos machos de un año sin defectos, un novillo y dos carneros. Serán un holocausto para el Señor, así como sus ofrendas de grano y sus ofrendas de bebida, una ofrenda de comida para el Señor para ser aceptada por él.
Quemen pan sin levadura como ofrenda de agradecimiento, y anuncien sus ofrendas voluntarias para que todos lo sepan. ¡Porque eso es lo que les gusta los Israelitas! Declara el Señor Dios.
Y les contó otro relato ilustrado: “El reino de los cielos es como la levadura que una mujer mezcló con una gran cantidad de harina, hasta que toda la masa creció”.