Lamentaciones 4:8 - Versión Biblia Libre

⁸ Pero ahora parecen más negros que el hollín; nadie los reconoce en la calle. Su piel se ha encogido hasta los huesos y está seca como la madera.

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

⁸ Oscuro más que la negrura es su aspecto; no los conocen por las calles; Su piel está pegada a sus huesos, seca como un palo.

Biblia Nueva Traducción Viviente

⁸ Pero ahora sus caras son más negras que el carbón; nadie los reconoce en las calles. La piel se les pega a los huesos; está tan seca y dura como la madera.

Biblia Católica (Latinoamericana)

⁸ Su semblante ahora es más oscuro que carbón, ya no se los reconoce por las calles. Su piel está pegada a sus huesos, seca como madera.

La Biblia Textual 3a Edicion

⁸ j Hoy sus rostros son más negros que el hollín, Y en las calles no se los reconoce; Su piel se ha pegado a sus huesos, está seca como un leño.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

⁸ Jet. Más negro es hoy su rostro que el hollín; nadie los reconoce por las calles. Su piel se ha pegado a sus huesos, seca está como madera.

Lamentaciones 4:8 Referans Kwoze

Job 19:20

Estoy reducido a piel y huesos, y sobrevivo por el pellejo de mis dientes.

Job 2:12

Cuando vieron a Job de lejos, apenas lo reconocieron. Prorrumpieron en fuertes lamentos, se rasgaron las vestiduras y arrojaron polvo al aire sobre sus cabezas.

Job 30:30

Mi piel se ennegrece sobre mí; y mis huesos arden dentro de mí.

Job 33:21

Su carne se desgasta hasta quedar en nada; todo lo que queda es piel y huesos.

Salmos 102:11

Mi vida se desvanece lentamente como sombras nocturnas, me estoy marchitando como la grama.

Salmos 119:83

Estoy arrugado como un odre arrugado por el humo. Pero no he olvidado cómo hacer tu voluntad.

Salmos 32:4

Me venciste de día y de noche, mi fuerza se secó como en el calor del verano. Selah.

Salmos 38:3

Por tu enojo hacia mí, ni una sola parte de mi cuerpo está sana. Estoy completamente enfermo por mis pecados.

Isaías 52:14

Pero muchos se horrorizaron de él, tan desfigurado en apariencia, que ya no parece un hombre, tan distinto a cualquier ser humano.

Lamentaciones 5:10

Nuestra piel está caliente como un horno a causa de la fiebre provocada por el hambre.

Joel 2:6

El terror arrebata a todos los que se cruzan por su camino. Los rostros de las personas palidecen al verlos.

Nahúm 2:10

¡Nínive queda desierta, destruida y desvastada! Los corazones desfallecen, las rodillas tiemblan, hay dolor en los estómagos. Los rostros de todos palidecen.

Lucas 10:11

‘Sacudimos hasta el polvo de esta ciudad de nuestros pies para mostrarles nuestro descontento. Pero reconozcan esto: el reino de Dios ha llegado’.