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Lamentaciones 2:4 - Versión Biblia Libre

4 Ha disparado flechas de su arco como si fuera su enemigo; ha usado su poder contra ellos como un atacante. Ha matado a todos los hijos amados; ha derramado su cólera como fuego sobre la tienda de la Hija de Sión.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

4 Entesó su arco como enemigo, afirmó su mano derecha como adversario, Y destruyó cuanto era hermoso. En la tienda de la hija de Sion derramó como fuego su enojo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Tensa el arco contra su pueblo como si él fuera su enemigo. Utiliza su fuerza contra ellos para matar a sus mejores jóvenes. Su furia se derrama como fuego sobre la bella Jerusalén.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 Como un enemigo, ha preparado su arco, ha afirmado su derecha, como un adversario ha matado todo lo que encanta los ojos; en la casa de la Hija de Sión ha vertido su furor como fuego.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 d Entesó el arco como un enemigo, aplicó su diestra, Y enemistado, ha destruido a todos los jóvenes en flor; En las tiendas de Sión ha derramado su indignación como un fuego.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Dálet. Tensó, como enemigo, su arco, aseguró, como opresor, su diestra y mató a la flor de la juventud; sobre la tienda de la hija de Sión lanzó como fuego su furor.

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Lamentaciones 2:4
38 Referans Kwoze  

“Vayan y hablen con el Señor por mí, y también por los que aún viven en Israel y en Judá, sobre lo que dice el libro que se ha encontrado. Porque el Señor debe estar realmente enojado con nosotros porque nuestros antepasados no han obedecido las instrucciones del Señor siguiendo todo lo que está escrito en este libro”.


Me han abandonado y han ofrecido sacrificios a otros dioses, haciéndome enojar por todo lo que han hecho. Mi ira se derramará sobre este lugar y no se detendrá.


Su ira arde contra mí; me trata como a uno de sus enemigos.


Porque las flechas del Todopoderoso están en mí; su veneno mina mi espíritu. Los terrores de Dios están alineados contra mí.


Los malos sacan sus espadas y tensan sus arcos para destruir a los pobres y necesitados, para matar a los que viven con rectitud.


Ha preparado armas mortales, y tiene preparadas flechas ardientes.


Así que derramó sobre ellos su furia y la violencia de la guerra. A pesar de que estaban rodeados de llamas, seguían sin entender. El fuego los abrasaba, pero seguían sin tomarse en serio la situación.


Pero ellos se rebelaron contra él y causaron dolor a su Espíritu Santo, por lo que para ellos se convirtió en un enemigo y luchó contra ellos.


En mi furia pisoteé a las naciones; en mi cólera las embriagué y derramé su sangre por el suelo.


Nuestras tiendas han sido destruidos; todas nuestras cuerdas se han roto. Nos han quitado a nuestros hijos y ya no están. No nos queda nadie para armar nuestras tiendas o colgar nuestras cortinas”.


Descendientes de David, esto es lo que dice el Señor: Asegúrense de juzgar con justicia cada día. Protejan a los que son tratados injustamente de esa gente corrupta, pues de lo contrario, a causa de sus malas acciones, mi ira arderá como un fuego que no se puede apagar.


Yo mismo lucharé contra ti con todo mi poder y fuerza, con toda la fuerza de mi furiosa ira.


Todos tus amantes se han olvidado de ti; ya no se molestan en buscarte, porque te he golpeado como si fuera tu enemigo, la disciplina de una persona cruel, por lo malvado que eres, por tus muchos pecados.


Tal vez vengan y pidan perdón al Señor, y todos ellos dejen de actuar con maldad, porque el Señor amenaza con una ira terrible contra ellos”.


Dedíquense al Señor; comprométanse totalmente con él, pueblo de Judá y Jerusalén. De lo contrario, mi ira arderá como el fuego, ardiendo con tanta fuerza que nadie podrá apagarla a causa del mal que has hecho.


Esto es lo que dice el Señor Todopoderoso, el Dios de Israel: Así como mi furia se derramó sobre el pueblo que vivía en Jerusalén, así se derramará mi furia sobre ustedes si van a Egipto. La gente se horrorizará de lo que te ocurra, y te convertirás en una palabra de maldición, en un insulto, en una expresión de condena. No volverás a ver tu tierra natal.


Esto es lo que dice el Señor: ¡Mira! Mi ira se derramará sobre este país, sobre las personas y los animales, sobre los huertos y las cosechas del campo. Arderá y nadie podrá apagarlo.


Envió fuego del cielo que destruyó mis huesos. Extendió una red para atrapar mis pies y me hizo tropezar. Me abandonó, dejándome enferma todo el día.


El Señor se ha vuelto como un enemigo, destruyendo por completo a Israel y sus palacios, demoliendo sus fortalezas, haciendo que la Hija de Judá llore y se lamente cada vez más.


De hechome golpea una y otra vez todo el día.


¡Cómo se ha empañado el oro! ¡Incluso el oro puro ha perdido su brillo! Las joyas del Templohan sido esparcidas por todas las esquinas.


El Señor ha dado plena expresión a su ira. Ha derramado su furia. Ha encendido un fuego en Sión, y ha quemado hasta sus mismos cimientos.


“Esto es lo que dice el Señor: En mi furia voy a enviar una tormenta de viento, lluvia torrencial y piedras de granizo para destruir el muro.


Con toda mi fuerza y mi poder, y con mi ira, te sacaré de entre las naciones y te reuniré de los países donde estabas disperso.


Como la plata se funde en un horno, así serán fundidos en la ciudad. Entonces te darás cuenta de que yo, el Señor, te he hecho experimentar mi ira”.


“Tú, hijo de hombre, debes saber que cuando yo destruya su fortaleza, que es su orgullo y su alegría, el lugar al que acudían en busca de consuelo y felicidad -y también a sus hijos e hijas-


Así que me enojé con ellos por los asesinatos que cometieron en el país, y porque lo ensuciaron al adorar a los ídolos.


“Cuando se acabe mi cólera y haya terminado de castigarlos, entonces estaré satisfecho. Cuando haya terminado de castigarlos, entonces sabrán que yo, el Señor, hablé en serio cuando hablé tan fuerte.


Los que vivan lejos morirán de enfermedad, los que estén cerca serán asesinados por la espada, y los que queden morirán de hambre. Así expresaré mi ira contra ellos.


Aunque ha sonado la trompeta que llama a las armas, aunque se han hecho todos los preparativos, nadie está dispuesto a luchar, porque estoy enojado con todos.


Me volveré contra ti y serás derrotado por tus enemigos. La gente que te odia gobernará sobre ti, ¡y huirás incluso cuando nadie te esté persiguiendo!


El Señor es un Dios celoso y vengador. El Señor Dios es vengador y lleno de enojo. El Señor toma venganza de sus enemigos, y está enojado con los que son hostiles hacia él.


¿Quién puede resistir su furia? ¿Quién puede soportar el ardor de su ira? Su enojo brota como fuego derretido y rompe las rocas en pedazos.


Mi ira se ha encendido, quemando hasta las profundidades de la tumba, destruyendo la tierra y todo lo que produce, incluso prendiendo fuego a los cimientos de las montañas.


“¿Por qué vienes a preguntarme si el Señor te ha abandonado y se ha convertido en tu enemigo?” preguntó Samuel.


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