11 Oirás lo que hablan y entonces tendrás el valor de atacar el campamento”. Así que tomó a su siervo Furá con él y se dirigió al borde del campamento, donde había hombres armados de guardia.
11 y oirás lo que hablan; y entonces tus manos se esforzarán, y descenderás al campamento. Y él descendió con Fura su criado hasta los puestos avanzados de la gente armada que estaba en el campamento.
11 Escucha lo que dicen los madianitas, y cobrarás mucho ánimo. Entonces estarás ansioso por atacar». Así que Gedeón, acompañado por Fura, descendió hasta el límite del campamento enemigo.
11 Escucharás lo que digan y eso te dará valor para ir a atacar su campamento'. Bajó pues con su sirviente Purá hasta los primeros puestos de los madianitas.
11 y escucha lo que hablan, pues así tus manos serán fortalecidas para bajar contra el campamento. Y él bajó con su criado Fura hasta un extremo de los quintados° que había en el campamento.
11 y escucha lo que hablan; pues se fortalecerán tus manos para luego atacar al campamento'. Descendió, pues, con Purá, su siervo, hasta el extremo de las avanzadillas que había en el campamento.
Haz que suceda de la siguiente manera: Que la joven a quien yo le diga ‘Por favor, sostén tu cántaro para que yo pueda beber,’ y me responda: ‘Por favor bebe tú y tus camellos también,’ que sea ella la mujer que has elegido como esposa de tu siervo Isaac. De esta forma sabré que has mostrado fidelidad a mi señor”.
Entonces celebraron la Fiesta de los Panes sin Levadura durante siete días. Todos los habitantes del país estaban muy contentos porque el Señor había hecho que el rey de Asiria les fuera favorable, ayudándoles a reconstruir el Templo de Dios, el Dios de Israel.
Así que Dios los llevó por el camino más largo a través del desierto hacia el Mar Rojo. Cuando los israelitas dejaron la tierra de Egipto eran como un ejército listo para la batalla.
Los hombres de la guarnición llamaron a Jonatán y a su escudero: “¡Suban aquí y les mostraremos un par de cosas!”. “Sígueme arriba”, dijo Jonatán a su escudero, “porque el Señor los ha entregado a Israel”.
David les preguntó a Ahimelec el hitita y a Abisai, hijo de Sarvia, hermano de Joab: “¿Quién quiere acompañarme al campamento a ver a Saúl?” “Iré contigo”, respondió Abisai.