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Job 2:7 - Versión Biblia Libre

7 Entonces Satanás salió de la presencia del Señor y le infligió a Job unas horribles llagas en la piel desde la planta de los pies hasta la parte superior de la cabeza.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

7 Entonces salió Satanás de la presencia de Jehová, e hirió a Job con una sarna maligna desde la planta del pie hasta la coronilla de la cabeza.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

7 Entonces Satanás salió de la presencia del Señor e hirió a Job con terribles llagas en la piel, desde la cabeza hasta los pies.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 Salió Satán de la presencia de Yavé e hirió a Job con una llaga incurable desde la punta de los pies hasta la coronilla de la cabeza.

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 Y el Acusador salió de la presencia de YHVH e hirió a Job con una úlcera maligna desde la planta del pie hasta la coronilla.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 Satán se alejó de Yahveh y atormentó a Job con una úlcera maligna desde la planta de los pies a lo alto de la cabeza.

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Job 2:7
14 Referans Kwoze  

Absalón era admirado como el hombre más apuesto de todo Israel. No tenía ni un solo defecto de la cabeza a los pies.


“‘¿Cómo vas a hacerlo?’ , preguntó el Señor. “‘Iré y seré un espíritu mentiroso y haré que todos sus profetas digan mentiras’, respondió el espíritu. “El Señor respondió: ‘Eso funcionará. Ve y hazlo’.


Pero si extiendes tu mano y le quitas todo lo que tiene, sin duda te maldecirá en tu cara”.


Me deshago como algo podrido, como ropa apolillada.


Entonces el Señor le dijo a Satanás: “Muy bien, tienes el poder de hacerle lo que quieras, pero no lo mates”.


Mi piel se ennegrece sobre mí; y mis huesos arden dentro de mí.


Mi cuerpo está cubierto de gusanos y sucio; mi piel está agrietada, con llagas que supuran.


Están heridos de pies a cabeza, magullados y adoloridos, con heridas abiertas que no han sido limpiadas ni vendadas, ni tratadas con aceite de oliva.


Por eso el Señor les llenará la cabeza de costras y dejará al descubierto sus partes íntimas.


El Señor tecausará forúnculos como a los egipcios, con hinchazones y costras y sarpullidos que no se pueden curar.


El Señor te causará forúnculos dolorosos que no se pueden curar en tus rodillas y muslos, de hecho, de la cabeza a los pies.


y maldecían al Dios del cielo por causa de su dolor y sus llagas, pero no se arrepentían ni dejaban de hacer lo que estaban haciendo.


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