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Job 10:7 - Versión Biblia Libre

7 Aunque sabes que no soy culpable, nadie puede salvarme de ti.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

7 Aunque tú sabes que no soy impío, Y que no hay quien de tu mano me libre?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

7 Aunque sabes que no soy culpable, no hay quien me rescate de tus manos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 Sabes muy bien que yo no soy culpable y que nadie puede librarme de tu mano.

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 A sabiendas de que no soy culpable, Y que no hay quien libre de tu mano?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 bien sabes que no soy culpable y que nadie puede librarme de tu mano.

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Job 10:7
35 Referans Kwoze  

Si soy culpable, estoy en problemas; si soy inocente, no puedo mantener la cabeza en alto porque estoy totalmente deshonrado al ver mis sufrimientos.


Tú has dicho: ‘Lo que enseño es la pura verdad’, y ‘a los ojos de Dios estoy limpio’.


Miren que he preparado mi caso y sé que se me dará la razón.


“Sin embargo, él siempre sabe a dónde voy. Cuando me haya probado, saldré brillante como el oro.


Me he mantenido al paso con él; he seguido su camino sin desviarme.


El viento los golpea con toda su fuerza; intentan escapar desesperadamente.


¿qué haría cuando Dios viniera a juzgarme? ¿Cómo respondería si me investigara?


“¿Por qué nadie escucha lo que digo? Firmo con mi nombre para avalar todo lo que he dicho. Que el Todopoderoso me responda. Que mi acusador escriba de qué me acusa.


¡No! Que Dios me pese en la balanza de su justicia y que descubra mi integridad.


Los tres amigos de Job dejaron de responderle porque él seguía protestando su inocencia.


Dices: ‘Estoy limpio, no he hecho nada malo; soy puro, no he pecado.


“¿De verdad vas a decir que mis decisiones están equivocadas? ¿Vas a condenarme para tener razón?


Cuando el Señor terminó de hablar con Job, dijo a Elifaz el temanita: “Estoy enojado contigo y con tus dos amigos porque no han dicho la verdad sobre mí, como hizo mi siervo Job.


Si él quita, ¿Quién podrá impedírselo? ¿Quién va a preguntarle: ‘Qué haces’?


¡Soy inocente! No me importa lo que me pase. ¡Odio mi vida!


Por eso digo: ‘A Dios le da igual. Él destruye tanto al inocente como al malvado’.


Porque el Señor guarda a los que siguen el camino del bien, pero el camino de los malvados conduce a la muerte.


Has conocido mis pensamientos, me has visitado por la noche, me has examinado, y no has encontrado nada malo. Me prometí a mí mismo que no diría nada indebido.


Piensen otra vez, ustedes que menosprecian a Dios, o los haré trizas, y nadie podrá salvarlos.


Si he hecho aquello de lo que me acusan, si mis manos son culpables,


Yo soy Dios desde el principio. Nadie puede arrebatar a nadie de mi mano. Nadie puede anular lo que yo hago.


“¿Están dispuestos ahora a postrarse y adorar la estatua que hice cuando oigan el sonido de los instrumentos musicales? Si no lo haces, serás arrojado inmediatamente al horno de fuego ardiente, ¡y no hay dios que pueda salvarte de mi poder!”


La dejaré desnuda ante la mirada de sus amantes, y ninguno podrá rescatarla de mi.


Yo seré como un león con Efraín, y como un feroz león con el pueblo de Judá. Vendré y los desmenuzaré, los llevaré donde nadie podrá ir a rescatarlos.


“Cuida de mis ovejas”, le dijo Jesús. “Simón, hijo de Juan, ¿me amas?” le preguntó por tercera vez. Pedro estaba triste de que Jesús le hubiera preguntado por tercera vez si él lo amaba. “Señor, tú lo sabes todo. Tú sabes que te amo”, le dijo Pedro. “Cuida de mis ovejas”, dijo Jesús.


Nos enorgullecemos en el hecho—y nuestra conciencia lo confirma—de que hemos actuado de manera apropiada con las personas, especialmente con ustedes. Hemos seguido los principios de Dios de santidad y sinceridad, no conforme a la sabiduría mundanal, sino por la gracia de Dios.


¡Escuchen! ¡Yo soy el único Dios! ¡No hay otro Dios excepto yo! Traigo la muerte y doy la vida; hiero y curo. Nadie puede ser rescatado de mi poder.


Ustedes mismos y Dios pueden dar testimonio de nuestros actos, y cómo tratamos a los creyentes con una actitud santa, justa e intachable.


“El Señor es Dios de dioses, el Señor es Dios de dioses y él lo sabe! ¡Que lo sepa Israel también! Si nos rebelamos contra Dios o le somos desleales, ¡mátennos ahora mismo!


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