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Job 1:1 - Versión Biblia Libre

1 Había una vez un hombre llamado Job que vivía en la tierra de Uz. Era un hombre íntegro que hacía lo recto. Job respetaba a Dios y evitaba el mal.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

1 Hubo en tierra de Uz un varón llamado Job; y era este hombre perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Había un hombre llamado Job que vivía en la tierra de Uz. Era un hombre intachable, de absoluta integridad, que tenía temor de Dios y se mantenía apartado del mal.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Había en el país de Us un hombre llamado Job; era un varón perfecto que temía a Dios y se alejaba del mal.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Hubo un hombre en la tierra de Uz llamado Job, y era aquel varón perfecto y honrado, temeroso de Dios y apartado del mal.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Había en la región de Us un hombre llamado Job. Era íntegro y recto, temía a Dios y evitaba el mal.

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Job 1:1
34 Referans Kwoze  

Los hijos de Aram: Uz, Hul, Guéter, y Mas.


Cuando Abrán tenía 99 años, el Señor se le apreció y le dijo: “Yo soy el Dios Altísimo. Vive en mi presencia y haz el bien.


Entonces el ángel le dijo: “¡No toques al niño! No le hagas nada, porque ahora sé que realmente obedeces a Dios, pues no te negaste a darme a tu hijo, a tu único hijo”.


Estos fueron los hijos de Disán: Uz y Arán.


Al tercer día les dijo: “Como respeto a Dios, hagan lo que les digo y vivirán.


Esta es la historia de Noé y su familia. Noé era un hombre íntegro, que vivía una vida con principios morales entre las personas de su época. Él tenía una relación estrecha con Dios.


“Por favor, recuerda Señor cómo te he seguido fielmente con todo mi corazón. He hecho lo que es bueno a tus ojos”. Entonces Ezequías gritó y lloró.


Los hijos de Sem: Elam, Asur, Arfaxad, Lud y Aram. Los hijos de Aram: Uz, Hul, Guéter, y Mésec.


Los hijos de Ezer: Bilán, Zaván y Acán. Los hijos de Disán: Uz y Arán.


“¿Has prestado atención a Job, mi siervo?” le peguntó el Señor. “No hay nadie como él en la tierra, un hombre íntegro que hace lo correcto, que respeta a Dios y evita el mal”.


“¿Te has fijado en mi siervo Job?” , le preguntó el Señor. “No hay nadie como él en la tierra, un hombre íntegro que hace lo correcto, que respeta a Dios y evita el mal. Y él ha mantenido su integridad, aunque tú querías que lo perjudicara sin motivo”.


Dijo a los hombres: ‘Reverenciar al Señor es la sabiduría, y apartarse del mal es el entendimiento’”.


¿No fue tu reverencia a Dios lo que te dio confianza y tu integridad lo que te dio esperanza?


¡Soy inocente! No me importa lo que me pase. ¡Odio mi vida!


Pero ahora debes elegir entre el pueblo hombres competentes, hombres que respeten a Dios y que sean dignos de confianza y no corruptos. Ponlos a cargo del pueblo como líderes de miles, cientos, cincuenta y decenas.


Los sabios son cuidadosos y evitan el mal, pero los necios andan confiados en su imprudencia.


Los que viven en rectitud respetan al Señor, pero los que viven con deshonestidad lo aborrecen.


El camino de los rectos te llevará lejos del mal. Si estás atento a dónde vas, salvarás tu vida.


Hay perdón de pecados por medio del amor fiel y la lealtad; honrando al Señor serás librado del mal.


El pueblo de Dios vive con honestidad. ¡Cuán felices son sus hijos si siguen tal ejemplo!


No te creas sabio, respeta a Dios y evita el mal.


Honrar al Señor significa aborrecer el mal. Por ello aborrezco el orgullo y la arrogancia, la conducta malvada y el decir mentiras.


y a todos los extranjeros que vivían allí; a todos los reyes del país de Uz; a todos los reyes de los filisteos: Ascalón, Gaza, Ecrón y lo que queda de Asdod;


Celebren y alégrense mientras puedan, pueblo de Edom, ustedes que viven en la tierra de Uz, porque esta copa se les pasará a ustedes también. Ustedes se embriagarán y se desnudarán.


Aunque Noé, Daniel y Job, estos tres hombres, estuvieran presentes sus buenas vidas sólo se salvarían a sí mismos, declara el Señor Dios.


En mi vida, declara el Señor Dios, aunque Noé, Daniel y Job estuvieran presentes, no podrían salvar a sus hijos o hijas. Sus buenas vidas sólo los salvarían a ellos mismos.


Ambos hacían lo que era recto delante de Dios, y eran cuidadosos en seguir los mandamientos del Señor y las normas.


Debes ser inocente de tales cosas en la presencia del Señor tu Dios.


Observen que siempre decimos que son benditos los que perseveran. Han oído hablar de la paciencia de Job, y han visto cómo el Señor condujo todo a un fin positivo, porque el Señor está lleno de compasión y misericordia.


Aléjense del mal y hagan el bien; ¡busquen la paz y síganla!


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