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Jeremías 31:34 - Versión Biblia Libre

34 Nadie tendrá que enseñar a su vecino o a su hermano, diciéndole: “Debes conocer al Señor”. Porque todos me conocerán, desde el más pequeño hasta el más grande. Los perdonaré cuando hagan el mal, y me olvidaré de sus pecados.

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Biblia Reina Valera 1960

34 Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

34 Y no habrá necesidad de enseñar a sus vecinos ni habrá necesidad de enseñar a sus parientes diciendo: “Deberías conocer al Señor”. Pues todos ya me conocerán, desde el más pequeño hasta el más grande —dice el Señor—. Perdonaré sus maldades y nunca más me acordaré de sus pecados».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

34 Ya no tendrán que enseñarle a su compañero, o a su hermano, diciéndoles: 'Conozcan a Yavé. Pues me conocerán todos, del más grande al más chico, dice Yavé; yo entonces habré perdonado su culpa, y no me acordaré más de su pecado.

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La Biblia Textual 3a Edicion

34 Y no enseñará más cada cual a su prójimo, y cada cual a su hermano, diciendo: ¡Conoce a YHVH!, porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice YHVH. Porque perdonaré su maldad, y no me acordaré más de sus pecados.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

34 No tendrá ya que enseñarse uno a otro ni una persona a otra persona, diciendo: 'Conoced a Yahveh', porque todos ellos me conocerán, desde el más pequeño al más grande -oráculo de Yahveh-, cuando perdone su culpa y no recuerde más su pecado'.

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Jeremías 31:34
42 Referans Kwoze  

“Salomón, hijo mío, conoce al Dios de tu padre. Sírvele con total dedicación y con una mente dispuesta, porque el Señor examina cada motivación y entiende la intención de cada pensamiento. Si lo buscas, lo encontrarás; pero si lo abandonas, te rechazará para siempre.


Por favor, no recuerdes los pecados de mi juventud cuando me rebelé contra ti. En vez de eso, recuérdame conforme tu amor inquebrantable, recuérdame con bondad, Señor.


Nada causará daño ni perjuicio en ninguna parte de mi santo monte, porque la tierra estará llena del conocimiento del Señor, de la misma manera que el agua llena el mar.


Los que se han extraviado comprenderán sus errores; los que refunfuñan aprenderán a recibir instrucción.


La luna brillará tanto como el sol, y el sol brillará siete veces más, como si hubiera siete días de luz en uno. Así será cuando el Señor venda las lesiones de su pueblo y sane las heridas que le causó.


Nadie en Israel dirá: “Estoy enfermo”, y a los que viven allí se les quitará la culpa.


Él será su apoyo constante durante toda su vida, una fuente abundante de salvación, sabiduría y conocimiento. La reverencia al Señor es lo que enriquece a Sión.


Definitivamente fue por mi bien que pasé por esta amarga experiencia. Tú, en tu amor, me has salvado del pozo de la destrucción y has perdonado todos mis pecados.


Yo, sí, soy el Dios que borra tus pecados por ser quien soy, y que ya no se acuerda de tus pecados.


He borrado tus actos de rebeldía como si fueran una nube, tus pecados como si fueran la niebla. Vuelve a mí, porque te he liberado.


Así que voy a hacer que mi pueblo me conozca; en ese momento sabrán que soy yo quien habla en serio. ¡Sí, soy yo!


y todos tus hijos serán alumnos del Señor, y vivirán en completa paz.


Les daré el deseo de conocerme, de saber que yo soy el Señor. Serán mi pueblo, y yo seré su Dios, porque volverán a estar completamente comprometidos conmigo.


“Haré un acuerdo eterno con ellos: Nunca dejaré de hacerles el bien y les ayudaré a respetarme para que nunca me abandonen.


Lavaré todos sus pecados que cometieron contra mí, y perdonaré toda su culpa desde que pecaron al rebelarse contra mí.


Será entonces cuando se busquen las culpas y los pecados de Israel y de Judá, pero no se encontrará ninguno, porque perdonaré a los que queden que yo cuide, declara el Señor.


Esto es lo que dice el Señor: El sabio no debe jactarse de su sabiduría. El fuerte no debe presumir de su fuerza. El rico no debe presumir de sus riquezas.


Seré fiel a ti, mi esposa, y tú me reconocerás como el Señor.


¿Quién es un Dios como tú, que perdona el pecado y olvida la rebelión de los que aún quedan en su pueblo especial? Tu no persistes en tu enojo, pues te deleitas en mostrar amor incondicional.


Tú tendrás compasión de nosotros nuevamente. Tu pisotearás nuestros pecados, y los lanzarás al fondo del mar.


Por que la tierra será llena del conocimiento de la gloria del Señor así como las aguas llenan el mar.


El Padre lo ha confiado todo en mis manos, y ninguno entiende verdaderamente al Hijo, excepto el Padre, y nadie entiende verdaderamente al Padre, excepto el Hijo, y aquellos a quienes el Hijo elige para mostrarles al Padre.


dando conocimiento de la salvación a su pueblo mediante el perdón de sus pecados.


La vida eterna es esta: conocerte, a ti que eres el único Dios verdadero, y a Jesucristo a quien enviaste.


“Yo he revelado tu carácter a aquellos que me diste del mundo. Ellos te pertenecían; me los diste a mí, y he hecho lo que tú dijiste.


Tal como está escrito por los profetas en las Escrituras: ‘Todos serán instruidos por Dios’. Todo aquél que escucha y aprende del Padre, viene a mí.


Él es Aquél del cual hablaron todos los profetas, para que todo el que crea en él reciba perdón por medio de su nombre”.


A todo el que ustedes perdonen, yo también perdono. Lo que he perdonado, sea lo que sea, lo he perdonado ante Cristo, en beneficio de ustedes.


Porque el Dios que dijo: “Que brille la luz en medio de la oscuridad”, brilló en nuestros corazones para iluminar el conocimiento de la gloria de Dios en el rostro de Jesucristo.


A través de él obtenemos la salvación mediante su sangre, el perdón de nuestros pecados, como resultado de su preciosa gracia


Ciertamente no necesitamos escribirles y decirles que amen a los hermanos creyentes, porque Dios ya les enseña a amarse los unos a los otros,


Para esta hora, ustedes ya han tenido suficiente tiempo para ser maestros, pero todavía necesitan de alguien que les enseñe los fundamentos, los principios de la palabra de Dios. ¡Es como si necesitaran volver a beber leche en lugar de comida sólida!


Nadie tendrá que enseñarle a su prójimo, y nadie necesitará enseñar en su familia, diciendo: ‘Debes conocer al Señor’. Porque todos me conocerán, desde el más pequeño hasta el más grande.


Y yo seré misericordioso cuando se equivoquen, y me olvidaré de sus pecados”.


Pero ustedes han sido ungidos con la bendición del Espíritu Santo, y todos ustedes saben lo que es verdad.


Pero el ungimiento que recibieron de él por medio del Espíritu vive en ustedes, y no necesitan que nadie los enseñe. El ungimiento del Espíritu les enseña todas las cosas. Esa es la verdad. No es una mentira. Así que vivan en Cristo, como se les ha enseñado.


También sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha ayudado a entender, para que podamos reconocer al que es verdadero. Vivimos en él, que es verdadero, en su Hijo Jesucristo. Él es el verdadero Dios, y es vida eterna.


Los hijos de Elí eran hombres inútiles que no tenían tiempo para el Señor


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