Jeremías 18:18 - Versión Biblia Libre18 Algunos decidieron: “Necesitamos un plan para lidiar con Jeremías. Todavía habrá sacerdotes para explicar la ley, todavía habrá sabios para dar consejos, y todavía habrá profetas para dar profecías. Organicemos una campaña de desprestigio contra él para no tener que escuchar una palabra de lo que dice”. Gade chapit laPlis vèsyonBiblia Reina Valera 196018 Y dijeron: Venid y maquinemos contra Jeremías; porque la ley no faltará al sacerdote, ni el consejo al sabio, ni la palabra al profeta. Venid e hirámoslo de lengua, y no atendamos a ninguna de sus palabras. Gade chapit laBiblia Nueva Traducción Viviente18 Entonces el pueblo dijo: «Vengan, busquemos la manera de detener a Jeremías. Ya tenemos suficientes sacerdotes, sabios y profetas. No necesitamos que él enseñe la palabra ni que nos dé consejos ni profecías. Hagamos correr rumores acerca de él y no hagamos caso a lo que dice». Gade chapit laBiblia Católica (Latinoamericana)18 Ellos decían: 'Vengan, tramemos un atentado contra Jeremías, porque no por eso van a faltar sacerdotes que nos digan la Ley, ni sabios que den consejos, ni profetas que transmitan palabras de Yavé. Vengan, debemos contradecirle y no hacer más caso a todas sus palabras. Gade chapit laLa Biblia Textual 3a Edicion18 Entonces ellos dijeron: ¡Venid, tramemos nosotros un plan contra Jeremías! Ciertamente no nos faltará la instrucción del sacerdote, ni el consejo del sabio, ni la palabra del profeta. ¡Venid, traspasémoslo con la lengua,° y no prestemos atención a ninguna de sus palabras! Gade chapit laBiblia Serafín de Ausejo 197518 Entonces dijeron ellos: 'Vamos a urdir planes contra Jeremías, pues no perecerá la ley por falta de sacerdotes, ni el consejo por falta de sabios, ni la palabra por falta de profetas. Vamos a herirlo en la lengua y no prestaremos atención a sus palabras'. Gade chapit la |
De hecho, vamos a hacer todo lo que dijimos que haríamos. Quemaremos incienso a la Reina del Cielo y ofreceremos libaciones para adorarla como lo hicimos antes, al igual que nuestros padres, nuestros reyes y nuestros funcionarios que hicieron lo mismo en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén. Entonces teníamos mucha comida y estábamos bien y no nos pasaba nada malo.