Isaías 66:15 - Versión Biblia Libre

¹⁵ ¡Mira! El Señor viene rodeado de fuego, con sus carros girando como el viento, para expresar su ira con furia, para dar su reprimenda en llamas de fuego.

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

¹⁵ Porque he aquí que Jehová vendrá con fuego, y sus carros como torbellino, para descargar su ira con furor, y su reprensión con llama de fuego.

Biblia Nueva Traducción Viviente

¹⁵ Miren, el Señor viene con fuego, y sus veloces carros de guerra retumban como un torbellino. Él traerá castigo con la furia de su ira y con el ardiente fuego de su dura reprensión.

Biblia Católica (Latinoamericana)

¹⁵ Pues he aquí que Yavé se presenta en medio del fuego, montado en los carros de la tempestad. Da rienda suelta a su ardiente cólera, sus amenazas son carbones encendidos.

La Biblia Textual 3a Edicion

¹⁵ Porque he aquí, YHVH viene en el fuego, Y como el torbellino con sus carros, para convertir su ira en llamas, Y su voz de reprensión en fuego.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

¹⁵ Pues mirad que Yahveh avanza en el fuego y sus carros como el torbellino, para desfogar con furor su ira y su indignación con llamas de fuego.

Isaías 66:15 Referans Kwoze

Salmos 11:6

Él preparará carbones ardientes, y azufre caerá sobre los malvados. Un viento abrasador vendrá sobre ellos.

Salmos 18:9

Abrió los cielos y descendió, con nubes negras debajo de sus pies.

Salmos 21:9

Cuando aparezcas en la escena los quemarás a todos como en un horno. El Señor en su furia los destruirá a todos, y los quemará con fuego.

Salmos 50:3

Nuestro Dios llegará, y no se quedará quieto. Llamas de fuego vienen detrás de él, quemando todo a su alrededor; una feroz tormenta se mueve alrededor de él.

Salmos 68:17

Los carruajes de Dios son incontables. Hay miles de miles de ellos. Él viene entre ellos hasta El Monte Sinai, hasta su Templo.

Salmos 97:3

Las llamas le proceden, quemando a sus enemigos de cada lado.

Isaías 10:17

La luz de Israel se convertirá en un fuego, y su Santo se convertirá en una llama. Quemará sus espinas y zarzas en un solo día.

Isaías 26:11

Señor, tú tienes la mano levantada, pero ellos no lo ven. Que vean tu apasionado compromiso por tu pueblo y se avergüencen; ¡que el fuego reservado para tus enemigos los destruya!

Isaías 30:30

El Señor gritará para que todos lo oigan, y revelará su gran poder. Golpeará con su cólera y furia, con un fuego consumidor y con lluvia torrencial, tormenta y granizo.

Isaías 30:33

El lugar de incineración ha sido preparado hace mucho tiempo, listo para el rey. Su pira fúnebre es profunda y ancha, y tiene mucho fuego y leña. El soplo del Señor le prende fugo, como un torrente de azufre ardiente.

Isaías 31:9

Su “roca” se morirán de miedo, y sus oficiales se aterrorizarán y entrarán en pánico a la vista de la bandera de combate, declara el Señor, que tiene su fuego en Sión, y su horno en Jerusalén.

Isaías 5:25

Por eso el Señor arde de ira contra su pueblo. Ha levantado su mano y los ha golpeado, sacudiendo las montañas y dejando sus cadáveres tirados como basura en las calles. A pesar de todo esto, su cólera no ha terminado, y su mano sigue levantada.

Isaías 5:28

Sus flechas ya están afiladas, y todos sus arcos han sido ensartados. Los cascos de sus caballos son duros como el pedernal; las ruedas de sus carros giran como un torbellino.

Isaías 51:20

Tus hijos se han derrumbado, tirados en todas las calles como antílopes atrapados en una trampa. Han experimentado toda la ira del Señor, la condena de vuestro Dios.

Jeremías 25:37

Los pacíficos apriscos han sido arruinados por la feroz ira del Señor.

Jeremías 4:13

Mira, se precipita como nubes de tormenta; sus carros son como un torbellino. Sus caballos son más rápidos que las águilas. “¡Qué desastre! Estamos arruinados!”

Jeremías 4:3

Esto es lo que el Señor dice al pueblo de Judá y de Jerusalén: Siembren su tierra sin arar, y no siembren entre los espinos.

Jeremías 46:15

¿Por qué huyó Apis, tu dios toro? No pudo mantenerse en pie porque el Señor lo derribó.

Ezequiel 38:17

“Esto es lo que dice el Señor Dios: ¿No eres tú aquel del que hablé hace tiempo por medio de mis siervos, los profetas de Israel? ¿Acaso no profetizaron durante años que yo te haría venir y los atacaría?

Ezequiel 5:15

Serás criticado y escarnecido, serás una advertencia y algo horripilante para las naciones circundantes cuando ejecute mi sentencia contra ti con mi furia y mi enojo. Yo, el Señor, he hablado.

Daniel 11:40

En el momento del fin, el rey del sur lo atacará. Pero el rey del norte tomará represalias con fuerza como una tormenta, con carros y jinetes y muchos barcos. Avanzará, barriendo muchas tierras.

Daniel 7:10

Un torrente de fuego brotaba ante él. Miles de personas acudieron a él; diez mil veces diez mil estuvieron de pie ante él. El tribunal se sentó para comenzar su juicio, y se abrieron los libros.

Oseas 8:7

Los que siembran viento, cosecharán tempestad. Los tallos no tienen granos, y no producirán harina. Incluso si produjera grano, los extranjeros lo devorarían.

Amós 7:4

Esto fue lo que me mostró el Señor: Vi que el Señor llamaba a un juicio con fuego. El fuego quemó las profundidades del mar, y destruyó las los campos de cultivos.

Nahúm 1:6

¿Quién puede resistir su furia? ¿Quién puede soportar el ardor de su ira? Su enojo brota como fuego derretido y rompe las rocas en pedazos.

Habacuc 3:8

¿Quemaste los ríos con tu ira, Señor? ¿Estabas enojado con los ríos? ¿Estabas furioso con el mar cuando montaste tus caballos y carruajes de salvación?

Zacarías 6:1

Entonces volví a mirar y vi cuatro carruajes que salían de en medio de dos montañas que parecían como de bronce.

Mateo 22:7

El rey se puso furioso. Entonces envió a sus soldados para destruir a esos asesinos y quemar su ciudad.

Deuteronomio 28:20

El Señor te enviará maldiciones, haciéndote confundir y frustrar en todo lo que hagas, hasta que seas derribado y mueras rápidamente por el mal que has hecho al abandonarlo.

2 Pedro 3:7

Pero por medio de esa misma orden divina, los cielos y la tierra que existen ahora están reservados para la destrucción con fuego en el día del juicio, cuando sean destruidos los malvados.