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Isaías 45:22 - Versión Biblia Libre

22 Vengan a mí todos los que están en la tierra y sálvense, porque yo soy Dios y no hay Dios fuera de mí.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

22 Mirad a mí, y sed salvos, todos los términos de la tierra, porque yo soy Dios, y no hay más.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

22 ¡Que todo el mundo me busque para la salvación!, porque yo soy Dios; no hay otro.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

22 Vuélvanse a mí para que se salven, desde cualquier parte del mundo, pues ¡yo soy Dios y no tengo otro igual!

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La Biblia Textual 3a Edicion

22 Miradme, y sed salvos en todos los confines de la tierra, Porque Yo soy ’Elohim, Y no hay ningún otro.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

22 Volved a mí y seréis salvos, confines todos de la tierra; que yo soy Dios y no hay otro.

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Isaías 45:22
29 Referans Kwoze  

Dios nuestro, ¿no los castigarás, porque no tenemos poder para enfrentar a un ejército tan grande que marcha contra nosotros? No sabemos qué hacer. Buscamos tu ayuda”.


Estoy tan delgado que puedo contar todos mis huesos. La gente me mira y se alegra de ello.


Porque el poder real le pertenece al Señor; Es el único que gobierna sobre las naciones.


En tu bondad nos respondes a través de las cosas maravillosas que haces, oh Dios, por nuestra salvación. Todos los habitantes de la tierra pueden confiar en ti, incluso los que navegan en océanos lejanos.


Tú hiciste las montañas con tu poder, porque eres fuerte.


Esto es lo que el Señor Dios, el Santo de Israel, dijo: Si se arrepienten y confían pacientemente en mí, se salvarán; serán fuertes si guardan esta confianza. Pero se negaron a hacerlo.


“Dejen que vengan a contarnos lo que va a ocurrir. Que nos expliquen las cosas del pasado, para que podamos pensar en ellas y descubrir el resultado final. O que nos hablen del futuro.


Le diré al norte: ‘¡Entréguenlos!’ y al sur: ‘¡No los detengan!’ Hagan volver a mis hijos de lejos y a mis hijas de tierras lejanas.


Discutan esto juntos, y luego hablen, presenten su caso. ¿Quién predijo esto hace tiempo? ¿Quién dijo lo que pasaría en el futuro en el pasado? ¿No fui yo, el Señor? No hay otro Dios aparte de mí, no hay otro Dios que haga lo correcto y que salve. No hay otro Dios sino yo.


Yo soy el Señor, no hay Dios fuera de mí. Aparte de mí no hay Dios. Te haré fuerte, aunque no me conozcas,


¡Mira a esta gente que viene de lejos! Mira a esta gente que viene del norte, del oeste y del Alto Egipto.


Él dice: “No es gran cosa que seas mi siervo para hacer volver a las tribus de Jacob, a ese pueblo de Israel que he conservado. También voy a hacer de ti una luz para los extranjeros, para que mi salvación llegue a todos”.


El Señor ha demostrado su santo poder a todas las naciones; el mundo entero verá la salvación de nuestro Dios.


Llamará a naciones que ni siquiera conoce, y las naciones que no lo conocen vendrán corriendo hacia él. Porque al Señor tu Dios, el Santo de Israel, lo hice glorioso.


Busca al Señor mientras puedas encontrarlo; llámalo mientras esté cerca.


Las naciones acudirán a tu luz, y los reyes acudirán al resplandor de tu aurora.


Yo sé lo que hacen y lo que piensan. Pronto vendré a reunir a todas las naciones y pueblos de diferentes lenguas. Vendrán y verán mi gloria.


Entonces se salvará Judá, y el pueblo de Jerusalén vivirá con seguridad. Este es el nombre que recibirá: El Señor que nos hace justicia.


Pero yo soy el Señor que te sacó de la tierra de Egipto. No conocerás a otros dioses, sino solo a mi. Nadie puede salvarte si no yo.


Él se levantará y alimentará a su rebaño con la fuerza del Señor, en la majestad del nombre del Señor su Dios. Ellos vivirán seguros porque su grandeza es reconocida en todo el mundo.


Pero en cuanto a mi, yo pongo mis ojos en el Señor. Esperaré en el Dios que me salva. Mi Dios me escuchará.


Yo enviaré un espíritu de gracia y oración en la casa de David y sobe los habitantes de Jerusalén. Ellos mirarán al que han atravesado, y se lamentarán sobre él, como quien guarda luto por su único hijo, llorando amargamente por su romogénito.


Lo que mi Padre quiere es que cualquiera que vea al Hijo y crea en Él tenga vida eterna, y yo lo levantaré en el día final”.


mientras aguardamos la maravillosa esperanza de la aparición gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo.


Debemos seguir con la mirada puesta en Jesús, el autor y perfeccionador de nuestra fe en Dios. Pues por el gozo que tenía delante, Jesús soportó la cruz, sin importarle su vergüenza, y se sentó a la diestra del trono de Dios.


Esta carta viene de parte de Simón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, quien la envía a los que participan con nosotros de la preciosa fe en nuestro Dios y Salvador Jesucristo, el único que es verdaderamente justo y bueno.


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