Isaías 41:28 - Versión Biblia Libre

²⁸ Miro a estos ídolos y veo que no hay nadie que pueda decir nada. Ninguno de ellos sabe dar consejos; cuando les pregunto algo, ni siquiera saben responder.

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

²⁸ Miré, y no había ninguno; y pregunté de estas cosas, y ningún consejero hubo; les pregunté, y no respondieron palabra.

Biblia Nueva Traducción Viviente

²⁸ Ninguno de sus ídolos les dijo esto; ni uno respondió cuando pregunté.

Biblia Católica (Latinoamericana)

²⁸ Miré y no había nadie que diera una opinión, a quien yo preguntara y que me respondiera.

La Biblia Textual 3a Edicion

²⁸ Miré, y no había nadie, de ellos no había consejero que les preguntara y me respondieran.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

²⁸ Miré, y no había nadie, entre éstos, no había un consejero para que les preguntara y ellos me respondieran.

Isaías 41:28 Referans Kwoze

Isaías 46:7

Levantan el ídolo sobre sus hombros, lo transportan y lo colocan en su sitio. Se queda allí y no se mueve. Incluso cuando la gente clama por ayuda, no responde; no puede salvarlos de sus problemas.

Isaías 50:2

Cuando vine, ¿por qué no había nadie? Cuando llamé, ¿por qué no respondió nadie? ¿Es porque no tengo la fuerza para salvarte, o el poder para rescatarte? ¿No ves que si lo ordeno, el mar se secará? Puedo convertir los ríos en un desierto. Sus peces apestan porque han muerto de sed al no haber agua.

Isaías 59:16

Miró a su alrededor, y se horrorizó al ver que no había nadie que hiciera nada al respecto, así que intervino él mismo, y su sentido de lo que era justo le hizo seguir adelante.

Isaías 63:5

Miré a mi alrededor, pero nadie vino a ayudarme; me sorprendió que no hubiera nadie que me asistiera. Así que los salvé sólo con mi fuerza, y mi propia ira me mantuvo en pie.

Isaías 65:12

Me aseguraré de que tu destino sea ser asesinado por la espada. Todos ustedes se inclinarán para ser masacrados, porque los llamé, pero no respondieron; les hablé, pero no escucharon. En lugar de eso, hicieron lo que es malo a mis ojos, eligiendo hacer lo que yo odio.

Daniel 5:8

Sin embargo, después de que entraron todos los sabios del rey, no pudieron leer la escritura ni explicarle lo que significaba.