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Isaías 28:21 - Versión Biblia Libre

21 El Señor vendrá al ataque como lo hizo con los filisteos en el monte Perazim, como los sacudió en el valle de Gabaón, viniendo a hacer lo que tiene que hacer, su extraña obra; viniendo a actuar como debe, su insólita acción.

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Biblia Reina Valera 1960

21 Porque Jehová se levantará como en el monte Perazim, como en el valle de Gabaón se enojará; para hacer su obra, su extraña obra, y para hacer su operación, su extraña operación.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

21 El Señor vendrá, como lo hizo contra los filisteos en el monte Perazim, y contra los amorreos en Gabaón. Vendrá para hacer algo extraño; vendrá para hacer algo poco común:

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Biblia Católica (Latinoamericana)

21 Sí, como en el monte Perasim, Yavé se levantará, o como en el valle de Gabaón, se despertará para realizar su obra, obra rara, para hacer su trabajo, trabajo misterioso.

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La Biblia Textual 3a Edicion

21 YHVH se alzará como en Perazim,° Se desperezará como en el valle de Gabaón,° Para hacer su obra, su extraña obra, Para hacer su tarea, su insólita tarea.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

21 Porque como en el monte Perasín se alzará Yahveh, como en el valle de Gabaón se irritará, para hacer su acción, su extraña acción; para realizar su obra, su inaudita obra.

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Isaías 28:21
21 Referans Kwoze  

David fue a Baal-perazim y allí derrotó a los filisteos. “Como un torrente que se desborda, así ha estallado el Señor contra mis enemigos delante de mí”, declaró David. Y llamó a ese lugar Baal-perazim.


David cumplió las órdenes del Señor, y mató a los filisteos desde Geba hasta Gezer.


Así que David atacó y los derrotó allí en Baal-perazim. “Dios me utilizó para derrotar a mis enemigos como un torrente de agua que brota”, declaró. Por eso el lugar se llamó Baal-perazim.


Así que David hizo lo que Dios le dijo, derribando al ejército filisteo desde Gabaón hasta Gezer.


¿Quién vino en mi defensa contra los malvados; quién se opuso por mí contra los que hacen el mal?


Una vez que el Señor haya terminado todo su trabajo contra el Monte Sion y Jerusalén, él castigará al rey de Asiria por su terrible arrogancia y por la mirada engreída de sus ojos.


Se precipitará una y otra vez, arrastrándote mañana tras mañana, día y noche, precipitándose una y otra vez. Una vez que entiendas este mensaje estarás totalmente aterrorizado.


Así que una vez más sorprenderé a este pueblo con un milagro tras otro. La sabiduría de los sabios morirá, y la perspicacia de los perspicaces desaparecerá”.


Cuando vean a todos sus hijos y todo lo que he hecho por ustedes, entonces se darán cuenta de que mi carácter es santo, y respetarán al Santo de Jacob. Tendrán reverencia por el Dios de Israel.


De la misma manera que el fuego quema la madera y hace hervir el agua, ¡haz que tu reputación sea conocida por tus enemigos, para que las naciones tiemblen en tu presencia!


Voy a pagarles por sus propios pecados y por los de sus antepasados, dice el Señor, porque quemaron incienso en los montes y me ridiculizaron en las colinas. Voy a medir en sus regazos el pago completo por lo que han hecho.


Todos tus amantes se han olvidado de ti; ya no se molestan en buscarte, porque te he golpeado como si fuera tu enemigo, la disciplina de una persona cruel, por lo malvado que eres, por tus muchos pecados.


Todos los que pasan se burlan de ti, aplauden, silban y sacuden la cabeza con desprecio a la Hija de Jerusalén. “¿Es ésta realmente la ciudad que la gente llamaba la perfección de la belleza, la alegría de toda la tierra?” , preguntan.


Porque no quiere herir ni causarle dolor a ninguno.


El quinto día del décimo mes del duodécimo año de nuestro exilio, llegó un refugiado que había escapado de Jerusalén y me dijo: “¡La ciudad ha sido capturada!”


Mira a tu alrededor las naciones; observa y te sorprenderás. Sucederá algo en tu tiempo que no lo creerías al oírlo.


El Señor hizo entrar en pánico a los ejércitos amorreos cuando vieron a los israelitas. Los abatió con un gran golpe en Gabaón; los persiguió hasta Bet-horón, y los redujo en el camino hacia Azeca y Maceda.


Mientras huían de los israelitas por la ladera de Bet Jorón, el Señor les arrojó grandes piedras de granizo desde el cielo hasta Azeca. Fueron más los muertos por las piedras de granizo que los muertos por las espadas de los israelitas.


El día en que el Señor entregó a los amorreos a los israelitas, Josué habló por el Señor en presencia de los israelitas, diciendo: “¡Sol, detente sobre Gabaón! ¡Luna, detente sobre el Valle de Ajalón!”


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