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Isaías 26:20 - Versión Biblia Libre

20 Pueblo mío, entrad en vuestras casas y cerrad las puertas detrás de ustedes. Escóndanse allí por un tiempo hasta que pase la furia.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

20 Anda, pueblo mío, entra en tus aposentos, cierra tras ti tus puertas; escóndete un poquito, por un momento, en tanto que pasa la indignación.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

20 Ve a tu casa, pueblo mío, ¡y pon cerrojo a tus puertas! Escóndete por un breve tiempo, hasta que haya pasado el enojo del Señor.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

20 Entra, pueblo mío, en tus habitaciones y cierra las puertas tras de ti; escóndete un momento hasta que pase la cólera.

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La Biblia Textual 3a Edicion

20 Anda, pueblo mío, entra en tus aposentos; Cierra detrás de ti tus puertas, Escóndete por un breve momento, Hasta que pase la indignación.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

20 Anda, pueblo mío, entra en tus aposentos y cierra tus puertas tras de ti; escóndete apenas un momento, hasta que pase el enojo.

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Isaías 26:20
34 Referans Kwoze  

El Señor le dijo a Noé: “Entra al arca con toda tu familia. Porque he visto que eres un hombre íntegro, que vive una vida moral en medio de la gente de esta generación.


De cada criatura entró el macho con su hembra, tal como Dios le dijo a Noé. Entonces el Señor cerró la puerta.


“Quisiera que me escondieran en el Seol; escóndeme allí hasta que tu ira desaparezca. Fija allí un tiempo definido para mí, y acuérdate de mi.


Sálvame de los que me odian, Señor. Corro hacia ti buscando tu protección.


Mantenme a salvo, como a alguien que amas; y escóndeme bajo tus alas.


Cuando los problemas vengan él me protegerá y me mantendrá a salvo, me esconderá en su casa, tan seguro como si me hubiera puesto en una gran roca.


Porque su furia solo dura un momento, pero su favor dura toda la vida. Puedes pasar la noche llorando, pero la felicidad viene con la mañana.


Los albergaste y los protegiste con tu presencia, manteniéndolos bien lejos de sus enemigos que planeaban contra ellos. Los mantuviste a salvo de ataques y acusaciones.


Porque tú eres mi refugio, me proteges de los problemas. Me rodeas con cantos de salvación. Selah.


¡Sé bueno conmigo, Dios! Sé bueno conmigo porque vengo a ti por protección. Me abrigaré bajo la sombra de tus alas hasta que el peligro haya pasado.


Clamé por ayuda al Dios Altísimo, a Dios, quien me defiende.


Los que viven bajo la protección del Altísimo, permanecerán seguros con el Todopoderoso.


Te esconderá bajo sus plumas, y te abrigará bajo sus alas. Su verdad te protegerá y te escudará.


Les das paz en los días atribulados, hasta que el pozo esté cavado para atrapar al malo.


El Señor es una torre protectora para los justos, bajo la cual pueden estar seguros.


Si eres prudente, verás venir el peligro y te apartarás; pero los necios siguen sin cuidado y sufren las consecuencias.


Muy pronto dejaré de estar enojado con ustedes. Entonces volveré mi ira contra ellos y los destruiré.


¡La tragedia se acerca a los asirios, aunque la vara que usan representa mi cólera y el bastón que sostienen en sus manos representa mi furia!


Vienen de tierras lejanas, de más allá de los horizontes lejanos – el Señor y las armas de su furia – vienen a destruir todo el país.


La ira del Señor está contra todas las naciones y su furia está contra todos sus ejércitos. Los destruirá por completo; los hará masacrar.


Yo te he dicho lo que tienes que decir, y te he protegido con mi mano. Yo creé los cielos y fundé la tierra, y le dije a Sión: Tú eres mi pueblo.


Presta atención a mí, pueblo mío; escúchame, nación mía: Enviaré mi ley, y mi justicia será una luz para las naciones.


Cuando veas que esto sucede, te alegrarás en tu interior y prosperarás como la hierba que crece. El poder del Señor será reconocido por bendecir a sus siervos y maldecir a sus enemigos.


Daré a mis sacerdotes todo lo que necesitan y más, y mi pueblo estará más que satisfecho de mi bondad para con ellos, declara el Señor.


Este es el mandamiento que les di: Obedézcanme, y yo seré su Dios, y ustedes serán mi pueblo. Sigan todo lo que les he mandado hacer, para que todo les vaya bien.


“Diles, pues, que esto es lo que dice el Señor Dios: A pesar de que los envié lejos a vivir entre las naciones extranjeras, dispersándolos entre los diferentes países, he estado cuidando de ellos durante un tiempo en los países donde fueron.


El rey hará lo que quiera, alabándose a sí mismo y considerándose más grande que cualquier dios, incluso diciendo cosas escandalosas contra el Dios de los dioses. Tendrá éxito hasta que termine el tiempo de la ira, pues se cumplirá lo que se ha decidido.


Miren al Señor, todos ustedes, habitantes de la tierra que son humildes y siguen sus mandamientos. Procuren hacer lo recto, y traten de vivir con humildad. Quizás serán protegidos en el día de la ira del Señor.


¡Oh Jerusalén, Jerusalén, tu matas a los profetas y apedreas a los que se te envían! Tantas veces he querido reunir a tus hijos así como una gallina reúne a sus polluelos bajo sus alas, pero no me dejaste.


Pero ustedes, cuando oren, entren a su casa y cierren la puerta, y oren a su Padre en privado, y su Padre que ve lo que ocurre en privado, los recompensará.


Estas tribulaciones triviales que tenemos, apenas duran un poco de tiempo, pero producen para nosotros gloria eterna.


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