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Isaías 16:12 - Versión Biblia Libre

12 Los moabitas van y se desgastan adorando en sus lugares altos. Van a sus santuarios a rezar, pero no les sirve de nada.

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Biblia Reina Valera 1960

12 Y cuando apareciere Moab cansado sobre los lugares altos, cuando venga a su santuario a orar, no le valdrá.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

12 El pueblo de Moab rendirá culto en sus santuarios paganos, pero no le servirá de nada. Clamará a los dioses en sus templos, pero nadie lo podrá salvar.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

12 Por más que Moab se canse subiendo a los santuarios, o entre a su templo a rezar, nada conseguirá con eso.

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La Biblia Textual 3a Edicion

12 Y cuando Moab se muestre cansado sobre los lugares altos, Cuando entre a orar en su santuario, de nada le servirá.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

12 Cuando aparezca, fatigado, Moab sobre la altura; cuando vaya a su santuario a orar, de nada le valdrá.

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Isaías 16:12
24 Referans Kwoze  

Fue entonces cuando Salomón construyó un alto lugar de culto para Quemos, el vil dios del pueblo de Moab, y para Moloc, el vil dios de los amonitas, en una colina al este de Jerusalén.


Llegó el mediodía y siguieron con sus maníacas “profecías” hasta la hora del sacrificio vespertino. Pero no se oía ninguna voz, nadie respondía, nadie escuchaba.


¿Acaso los salvaron los dioses de las naciones que mis antepasados destruyeron, los dioses de Gozán, Harán, Rezef y el pueblo de Edén, que vivía en Telasar?


Entonces el rey de Moab tomó a su hijo primogénito, que estaba destinado a sucederlo, y lo sacrificó como holocausto en el muro de la ciudad. Un gran enojo se apoderó de los israelitas, así que se fueron y regresaron a su país.


clamarán a mi pidiendo ayuda, pero yo no responderé. Me buscarán por todas partes, pero no me encontrarán.


Los habitantes de Dibón suben a su Templo para llorar en sus lugares altos. Los moabitas lloran sobre las ciudades de Nebo y Medeba. Todas las cabezas se han afeitado, todas las barbas se han cortado en señal de luto.


Este es el mensaje que el Señor ya ha dado sobre Moab.


Señor, cuando sufrimos acudimos a ti, derramando nuestras oraciones como susurros mientras nos disciplinabas.


Mientras adoraba en el templo de su dios Nisroc, sus hijos Adramelec y Sarezer lo mataron con la espada y luego huyeron a la tierra de Ararat. Su hijo Esar-hadón le sucedió como rey.


¡Todos los consejos que has recibido te han agotado! ¿Dónde están tus astrólogos, los que se guían por las estrellas, los que te dan sus predicciones cada mes? ¡Que se levanten y te salven de lo que se te viene encima!


Al igual que un espantapájaros en un campo de pepinos, sus ídolos no pueden hablar. Hay que llevarlos en brazos porque no pueden caminar. No hay que tenerles miedo porque no pueden hacerte daño y tampoco pueden hacerte ningún bien.


Entonces los moabitas se sentirán defraudados por Quemos, así como el pueblo de Israel se sintió defraudado cuando confió en el ídolo del becerro de oro en Betel.


Voy a acabar con los que en Moab sacrifican en los lugares altos paganos y queman incienso a sus dioses, declara el Señor.


¡Qué desastre os ha sobrevenido a los moabitas! El pueblo de Quemos ha sido aniquilado. Sus hijos e hijas han sido hechos prisioneros y han ido al exilio.


Por haber puesto su confianza en lo que hacen y en lo que poseen, ustedes también serán capturados. Tu dios Quemos será llevado al exilio junto con sus sacerdotes y líderes.


Porque un fuego salió de Hesbón, una llama de la ciudad de Sihón. Quemó a Ar en Moab, donde los gobernantes viven en las alturas de Arnón.


Así que Balaam se fue con Balac y llegaron a Quiriath-huzot.


A la mañana siguiente Balac llevó a Balaam hasta Bamot-baal. Desde allí pudo ver la extensión del campamento israelita.


Lo llevó al campo de Zofim en la cima del Monte Pisga. Allí construyó siete altares y ofreció un toro y un carnero en cada altar.


Balac llevó a Balaam a la cima del Monte Peor, que mira hacia los páramos.


“Lo veo, pero esto no es ahora. Lo observo, pero esto no está cerca. En el futuro, un líder como una estrella vendrá de Jacob, un gobernante con un cetro llegará al poder desde Israel. Aplastará las cabezas de los moabitas, y destruirá a todo el pueblo de Set.


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