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Hechos 21:27 - Versión Biblia Libre

27 Se acercaba el fin de los siete días cuando ciertos judíos de Asia vieron a Pablo en el Templo y lo agarraron.

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Biblia Reina Valera 1960

27 Pero cuando estaban para cumplirse los siete días, unos judíos de Asia, al verle en el templo, alborotaron a toda la multitud y le echaron mano,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

27 Cuando estaban por cumplirse los siete días del voto, unos judíos de la provincia de Asia vieron a Pablo en el templo e incitaron a una turba en su contra. Lo agarraron

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Biblia Católica (Latinoamericana)

27 Estaban para cumplirse los siete días, cuando unos judíos de Asia vieron a Pablo en el Templo y empezaron a alborotar a la gente. Agarraron a Pablo

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La Biblia Textual 3a Edicion

27 Pero cuando iban a cumplirse los siete días, los judíos de Asia, viéndolo en el templo, alborotaron a todo el pueblo; y echándole mano,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

27 Cuando estaban a punto de cumplirse los siete días, los judíos de Asia, que lo habían visto en el templo, comenzaron a alborotar al pueblo todo y le echaron mano,

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Hechos 21:27
24 Referans Kwoze  

(Nadie fue tan malo como Acab, que se vendió para hacer lo que es malo a los ojos del Señor, porque su esposa Jezabel lo animó.


“Si tocas un cadáver serás impuro durante siete días.


“Estas son las reglas que se deben observar cuando el tiempo de dedicación del nazareo termine. Deben ser llevadas a la entrada del Tabernáculo de Reunión.


“Sin embargo, si alguien muere repentinamente cerca de ellos, convirtiéndolos en inmundos, deben esperar siete días, y al séptimo día cuando se limpien de nuevo deben afeitarse la cabeza.


Pero antes de que todo esto suceda, ellos los tomarán a ustedes por la fuerza y los perseguirán. Los arrastrarán ante las sinagogas y los pondrá en prisión, los llevarán a juicio ante reyes y gobernantes por mi causa.


Pero los judíos incitaron a mujeres devotas e influyentes y también a líderes de la ciudad para perseguir a Pablo y a Bernabé, y los expulsaron de su territorio.


Pero entonces ciertos judíos de Antioquía e Iconio llegaron y se ganaron la simpatía de la multitud. Y apedrearon a Pablo, y lo arrastraron hasta las afueras de la ciudad, pensando que estaba muerto.


Pero los judíos que se negaron a creer en Jesús provocaron sentimientos negativos en los extranjeros, y difamaban de los creyentes delante de ellos.


Pero entonces los extranjeros y los judíos, junto a sus líderes, decidieron atacar con piedras a Pablo y a Bernabé.


Viajaron también por los distritos de Frigia y Galacia, pues el Espíritu Santo los advirtió de ir a la provincia de Asia para predicar la palabra.


Pero cuando los judíos de Tesalónica oyeron que Pablo también estaba predicando la palabra en Berea, fueron hasta allá, y causaron los mismos disturbios, provocando a las multitudes.


Sin embargo, cuando Galión se convirtió en el gobernante de Acaya, los judíos se unieron para atacar a Pablo y lo llevaron ante la corte.


Partos, Medos y Elamitas; gente de Mesopotamia, Judea y Capadocia, Ponto y Asia,


Serví al Señor con humildad y lágrimas. Enfrenté los problemas y el estrés que me causaban los complots de los judíos.


“Usted puede verificar fácilmente que yo llegué a Jerusalén para adorar hace apenas doce años.


Eso fue lo que me encontraron haciendo, culminando la ceremonia de purificación. Y no había ninguna multitud o disturbio.


Por eso los judíos me agarraron en el Templo y trataron de matarme.


Entonces los arrestaron y los pusieron bajo custodia hasta el día siguiente, pues ya era de noche.


Entonces arrestaron a los apóstoles y los metieron a la cárcel pública.


Y estos hombres incitaron al pueblo, y junto con los ancianos y los maestros de la ley, fueron a arrestarlo. Luego lo llevaron ante el concilio,


Pero algunos comenzaron a discutir con él. Eran de la sinagoga llamada “de los libertos”, y también había algunos de Cirene, Alejandría y gente de Cilicia y de Asia menor.


Durante muchas ocasiones he afrontado los peligros de cruzar ríos, encontrarme con pandillas de atracadores, ataques de mis propios conciudadanos, así como de extranjeros. He enfrentado peligros en las ciudades, en los desiertos, y en el mar. He enfrentado el peligro de parte de personas que fingen ser cristianos.


tratando de detener nuestra predicación a las otras naciones para impedir que se salven. Ellos siempre están pecando hasta el máximo nivel, pero para ellos ha llegado el juicio con todo su peso.


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