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Hechos 20:32 - Versión Biblia Libre

32 Ahora los encomiendo al cuidado de Dios y al mensaje de su gracia, el cual puede edificarlos y darles la heredad que pertenece a los que son santificados.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

32 Y ahora, hermanos, os encomiendo a Dios, y a la palabra de su gracia, que tiene poder para sobreedificaros y daros herencia con todos los santificados.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

32 »Y ahora los encomiendo a Dios y al mensaje de su gracia, que tiene poder para edificarlos y darles una herencia junto con todos los que él ha consagrado para sí mismo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

32 Ahora los encomiendo a Dios y a su Palabra portadora de su gracia, que tiene eficacia para edificar sus personas y entregarles la herencia junto a todos los santos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

32 Y ahora, os encomiendo a Dios y a la palabra de su gracia, que puede edificar y dar la herencia a todos los santificados.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

32 Ahora os dejo encomendados al Señor y a la palabra de su gracia, que tiene poder para edificar y concederos la herencia con todos los santificados.

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Hechos 20:32
37 Referans Kwoze  

“Voy a morir pronto”, les dijo José a sus hermanos, “pero Dios estará con ustedes, y los llevará fuera de este país a la tierra que juró dar a Abraham, Isaac y Jacob”.


Me dije: Quiero que sean mis hijos, y darles el mejor país, el lugar más hermoso de cualquier nación. Esperaba que me llamarais “Padre” y que nunca dejarais de seguirme.


Sin embargo, puedes dejarme a tus huérfanos porque yo los protegeré. Haz que tus viudas pongan su confianza en mí.


Cuando Jesús se dispuso a seguir su camino, vino un hombre y se arrodilló delante de él. “Maestro bueno, ¿qué debo hacer para asegurarme de que tendré la vida eterna?” le preguntó.


Ustedes ya están podados y limpios por lo que les he dicho.


Santifícalos por la verdad; tu palabra es verdad.


Cuando llegó y vio con sus propios ojos cómo estaba obrando la gracia de Dios, se deleitó en esto. Y animó a todos a que se consagraran por completo a Dios y a mantenerse fieles.


Después de haber escogido ancianos para cada iglesia, y de haber orado y ayunado con ellos, Pablo y Bernabé los encomendaron al Señor, Aquél en quien creían.


De allí navegaron de regreso hasta Antioquía donde habían comenzado, pues ahí habían sido dedicados en la gracia de Dios para la obra que ahora habían logrado.


Pero Pablo y Bernabé permanecieron allí por mucho tiempo, hablando audazmente en el Señor, quien confirmaba su mensaje de gracia mediante señales milagrosas que ellos podían realizar.


Pablo eligió a Silas, y al marcharse, los creyentes los encomendaron a la gracia del Señor.


Pero considero que mi vida no tiene ya valor para mí mismo. Solo quiero terminar mi misión y el ministerio que el Señor Jesús me dio de ser testigo de la buena noticia de la gracia de Dios.


para abrir sus ojos y que así puedan volverse de las tinieblas a la luz, del poder de Satanás hacia Dios, y que así reciban perdón por sus pecados y un lugar con aquellos que son justificados por creer en mí’.


Durante este tiempo, toda la iglesia en Judea, Galilea y Samaria estuvo en tranquilidad. Y la iglesia se fortalecía y aumentaba en número a medida que los creyentes vivían en reverencia para con el Señor, animados por el Espíritu Santo.


Y si somos sus hijos, entonces somos sus herederos. Somos herederos de Dios, y herederos junto con Cristo. Pero si queremos participar de su gloria, debemos participar de sus sufrimientos.


Es enviada a la iglesia de Dios en Corinto, a aquellos que han sido justificados en Cristo Jesús, llamados para vivir en santidad, y a todos los que adoran al Señor Jesús en todas partes, el Señor de ellos y de nosotros.


ladrones, codiciosos, bebedores, abusadores, o engañadores, no heredarán el reino de Dios.


Algunos de ustedes eran así, pero han sido limpiados y santificados. Han sido justificados en el nombre del Señor Jesucristo, y en el Espíritu de nuestro Dios.


¿Acaso ustedes no saben que los injustos no heredarán el reino de Dios? ¡No se dejen engañar! Las personas que son inmorales, idólatras, adúlteros, pervertidos sexuales, homosexuales,


que es el anticipo de nuestra herencia cuando Dios redima lo que ha preservado para sí mismo: nosotros, quienes le adoraremos y le daremos gloria.


Que sus mentes sean iluminadas a fin de que puedan entender la esperanza a la cual él los ha llamado:


con el fin de preparar al pueblo de Dios en la obra de ayudar a otros, para ayudar al crecimiento del cuerpo de Cristo.


Es por él que funciona todo el cuerpo, y cada coyuntura lo mantiene unido, mientras que cada una de las partes cumple su debida función, y así crece todo el cuerpo, edificándose en amor.


Ustedes saben que ciertamente ninguna persona que cometa inmoralidad sexual, indecencia, que sea codiciosa, o idólatra heredará cosa alguna en el reino de Cristo y de Dios.


Deseo que se regocijen en alabar al Padre, quien nos ha permitido participar de la heredad del pueblo de Dios que vive en la luz.


fundamentados en él y por él. Que su fe en él siguiera fortaleciéndose, siguiendo lo que han aprendido, llenos de gratitud con Dios.


porque ustedes saben que el Señor les dará una herencia como recompensa. ¡Recuerden que están sirviendo a Cristo el Señor!


Porque con un solo sacrificio él justificó para siempre a los que están siendo santificados.


No se distraigan con distintas clases de enseñanzas extrañas. Es mejor que la mente esté convencida por gracia y no por leyes en lo que concierne a los alimentos. Los que seguían tales leyes no lograron nada.


Pues tanto el que santifica como los que son santificados pertenecen a la misma familia. Por eso no vacila en llamarlos “hermanos”


Por eso él es el mediador de una nueva relación de pacto. Puesto que la muerte ha ocurrido para liberarlos de los pecados cometidos bajo la relación del primer pacto, ahora los que son llamados pueden recibir la promesa de una herencia eterna.


Esta carta viene de parte de Judas, siervo de Jesucristo, y hermano de Santiago. Escribo a los que son llamados y amados por Dios, el Padre, y que son guardados a salvo por Jesucristo:


Pero ustedes, amigos míos, deben edificarse a sí mismos por la fe en Dios. Oren en el Espíritu Santo,


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