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Hechos 20:24 - Versión Biblia Libre

24 Pero considero que mi vida no tiene ya valor para mí mismo. Solo quiero terminar mi misión y el ministerio que el Señor Jesús me dio de ser testigo de la buena noticia de la gracia de Dios.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

24 Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

24 pero mi vida no vale nada para mí a menos que la use para terminar la tarea que me asignó el Señor Jesús, la tarea de contarles a otros la Buena Noticia acerca de la maravillosa gracia de Dios.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

24 Pero ya no me preocupo por mi vida, con tal de que pueda terminar mi carrera y llevar a cabo la misión que he recibido del Señor Jesús: anunciar la Buena Noticia de la gracia de Dios.

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La Biblia Textual 3a Edicion

24 Pero por ningún motivo considero la vida valiosa para mí mismo,° con tal de acabar° mi carrera,° y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para proclamar solemnemente° el Evangelio de la gracia de Dios.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

24 Pero yo en nada estimo la vida, que sólo considero valiosa para terminar mi carrera y el ministerio que recibí del Señor Jesús de anunciar el evangelio de la gracia de Dios.

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Hechos 20:24
59 Referans Kwoze  

Los Tres atravesaron las defensas filisteas, tomaron un poco de agua del pozo de la puerta de Belén y se la llevaron a David. Pero David se negó a beberla y la vertió como ofrenda al Señor.


Pues tengo cinco hermanos y él puede advertirles para que no terminen aquí en este lugar tormentoso’.


Ustedes también darán testimonio de mí porque ustedes estuvieron conmigo desde el principio”.


Yo te he dado gloria aquí en la tierra al terminar la obra que me mandaste a hacer.


Él fue contado como uno de nosotros, y compartió este ministerio”.


Cuando llegó y vio con sus propios ojos cómo estaba obrando la gracia de Dios, se deleitó en esto. Y animó a todos a que se consagraran por completo a Dios y a mantenerse fieles.


Y cuando Juan estaba finalizando su misión, dijo: ‘¿Quién creen que soy? Yo no soy al que ustedes buscan. Pero después de mi viene uno cuyas sandalias no soy digno de desatar’.


Pero Pablo y Bernabé permanecieron allí por mucho tiempo, hablando audazmente en el Señor, quien confirmaba su mensaje de gracia mediante señales milagrosas que ellos podían realizar.


Y después de tanto debatir, Pedro se levantó y les dijo: “Hermanos, ustedes saben que hace un tiempo Dios me escogió de entre ustedes para que los extranjeros pudieran oír el mensaje de la buena noticia y creyeran en Jesús.


Cuando Silas y Timoteo llegaron desde Macedonia, Pablo sintió que necesitaba ser más directo en lo que predicaba, y les dijo a los judíos que Jesús era el Mesías.


Fui testigo tanto para judíos como para griegos de que era necesario arrepentirse y volverse a Dios, y creer en nuestro Señor Jesucristo.


Lo único que sé es que en cada ciudad que visito, el Espíritu Santo me advierte que me espera prisión y sufrimiento.


Ahora los encomiendo al cuidado de Dios y al mensaje de su gracia, el cual puede edificarlos y darles la heredad que pertenece a los que son santificados.


Sin embargo, Pablo respondió: “¿Qué hacen? Están llorando y rompen mi corazón. No solo estoy listo para ser amarrado en Jerusalén, sino también para morir allí por causa del Señor Jesús”.


“Y el Señor me dijo: ‘Sal ahora, porque yo te voy a enviar muy lejos, donde están los extranjeros’”.


Pero el Señor le dijo: “Ve, porque él es la persona a la cual he escogido para llevar mi nombre a los extranjeros y reyes, así como a Israel.


Y como es por medio de la gracia, entonces claramente no se basa en lo que la gente hace, ¡de otro modo no sería gracia!


Todo el que trabaja recibe su pago, no como un regalo, sino porque se ha ganado su salario.


Así que, mis queridos hermanos y hermanas: sean fuertes, permanezcan firmes, haciendo todo lo que puedan por la obra del Señor, pues saben que ninguna cosa que hagan por él es en vano.


Por lo tanto valoro las debilidades, los insultos, los problemas, las persecuciones y las dificultades que sufro por causa de Cristo. ¡Porque cuando soy débil, entonces soy fuerte!


Así pues, como Dios en su misericordia nos ha proporcionado esta nueva manera de relacionarnos con él, no nos rendimos.


En consecuencia, enfrentamos la muerte para que ustedes tengan vida.


Como les digo, estamos seguros, deseando estar lejos del cuerpo para poder estar en casa con el Señor.


Les hablo con confianza porque estoy orgulloso de ustedes. Son una fuente de ánimo para mí. Y estoy muy contento de ustedes a pesar de todas nuestras dificultades.


Esta carta viene de Pablo, un apóstol no designado por ninguna organización o autoridad humana. Muy por el contrario, fui designado por Jesucristo y Dios, el Padre, quien levantó a Jesús de entre los muertos.


Por eso lo alabamos, por su gloriosa gracia que con tanta bondad nos dio en su Hijo amado.


Por eso les pido que no se desanimen por mi sufrimiento, ¡es por ustedes y deberían apreciarlo!


De modo que incluso si yo diera mi vida como sacrificio y ofrenda para que ustedes crean en Dios, me alegro por ello, y me alegro con todos ustedes,


que estuvo a punto de morir trabajando para Cristo, exponiendo su vida para compensar la ayuda que ustedes no podían darme.


Estoy feliz de tener dificultades por causa de ustedes, porque por las cosas que me ocurrieron físicamente soy parte de los sufrimientos de Cristo que él mismo sigue experimentando por causa de su cuerpo, la iglesia.


Recordarán que después de muchas dificultades y maltrato en Filipos, con la ayuda de Dios nos atrevimos así a compartir la buena noticia de Dios con ustedes, a pesar de la oposición que enfrentamos.


para que ninguno de ustedes sufriera descontento por las dificultades, pues ustedes saben que hemos de esperar tales cosas.


Esa también es una razón por la cual sufro todas estas cosas, pero no me avergüenzo, porque sé en quién he confiado. Estoy seguro de que él puede cuidar de lo que le he confiado hasta el Día de su regreso.


y cuánto he sufrido y he sido perseguido. Ya sabes lo que me sucedió en Antioquía, en Iconio y Listra, y las persecuciones que tuve y cómo el Señor me rescató de todas esas cosas.


Pero el Señor estuvo conmigo y me dio fuerzas para declarar todo el mensaje, de modo que los extranjeros pudieron oírlo. ¡Fui rescatado de la boca del león!


pero que a su debido tiempo reveló por medio de su palabra, en el mensaje que se me encomendó predicar, siguiendo el mandato de Dios, nuestro Salvador.


Pues la gracia de Dios ha sido revelada, otorgando salvación a todos.


Mostraron compasión con los que estaban en la cárcel, y entregaron con alegría sus posesiones cuando les fueron confiscadas, sabiendo que cosas mejores vendrán para ustedes, cosas que realmente perdurarán.


Esta carta se las envío con ayuda de Silvano, a quien considero como un hermano fiel. En estas pocas palabras que les he escrito, quiero animarlos y testificar que esta es la verdadera gracia de Dios. ¡Manténganse firmes en ella!


Así es como sabemos qué es el amor: Jesús entregó su vida por nosotros, y nosotros debemos entregar nuestras vidas por nuestros hermanos en la fe.


Ellos lo vencieron mediante la sangre del Cordero y por el testimonio de sus vidas, y no amaron sus vidas al punto que estuvieron dispuestos a morir si era necesario.


Y a cada uno de ellos se les dio una bata blanca, y se les dijo que esperaran un poco más hasta que el número estuviera completo, el de sus hermanos creyentes que habían muerto igual que ellos.


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