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Hechos 2:14 - Versión Biblia Libre

14 Entonces Pedro se puso en pie con los otros once discípulos y habló en voz alta: “¡Hermanos judíos y todos los que viven aquí en Jerusalén: préstenme atención y les explicaré todo esto!

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Biblia Reina Valera 1960

14 Entonces Pedro, poniéndose en pie con los once, alzó la voz y les habló diciendo: Varones judíos, y todos los que habitáis en Jerusalén, esto os sea notorio, y oíd mis palabras.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

14 Entonces Pedro dio un paso adelante junto con los otros once apóstoles y gritó a la multitud: «¡Escuchen con atención, todos ustedes, compatriotas judíos y residentes de Jerusalén! No se equivoquen.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

14 Entonces Pedro, con los Once a su lado, se puso de Pie, alzó la voz y se dirigió a ellos diciendo: 'Amigos judíos y todos los que se encuentran en Jerusalén, escúchenme, pues tengo algo que enseñarles.

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La Biblia Textual 3a Edicion

14 Entonces Pedro, poniéndose en pie con los once, alzó su voz, y les declaró: ¡Varones judíos y todos los que habitáis en Jerusalem: esto os sea notorio, y escuchad mis palabras!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

14 Puesto Pedro de pie, con los Once, levantó la voz y les dirigió este discurso: 'Hombres de Judea y vosotros, todos los que habitáis en Jerusalén, quede esto bien claro y escuchad mis palabras:

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Hechos 2:14
18 Referans Kwoze  

“Ahora, hijos míos, escúchenme, porque los que siguen mis caminos son felices.


Sión, portadora de buenas noticias, sube a un monte alto. Jerusalén, portadora de buenas noticias, levanta tu voz y grita fuerte. ¡No tengas miedo de gritar muy fuerte! Di a los pueblos de Judá: “¡Aquí está tu Dios!”.


Escúchenme, los que siguen la justicia y adoran al Señor. Piensen en la roca de la que fueron cortados, y en la cantera de la que fueron cincelados.


Presta atención a mí, pueblo mío; escúchame, nación mía: Enviaré mi ley, y mi justicia será una luz para las naciones.


Escúchame, tú que sabes lo que es correcto y que realmente has aceptado mis enseñanzas. No tengan miedo de los insultos de la gente -sólo son humanos- ni se asusten por su lenguaje abusivo.


Los vigilantes de la ciudad gritan con fuerza y cantan juntos de alegría; todos ven que el Señor vuelve a Jerusalén.


¿Por qué gastas dinero en lo que no es comida, y por qué trabajas por algo que no te satisface? Escúchame bien: come lo que es bueno, y disfrutarás de la mejor comida.


¡Ruge desde la garganta! ¡No te contengas! ¡Grita como una trompeta! Anuncia a mi pueblo lo rebelde que es; denuncia a los descendientes de Jacob sus pecados.


¡Pon trompeta en tus labios! Un águila se precipita sobre la casa del Señor porque han quebrantado mi acuerdo y se han rebelado contra mi ley.


Después de que Jesús nació en Belén de Judea, durante el reinado del rey Herodes, unos hombres sabios vinieron desde el oriente hasta Jerusalén.


Entonces echaron suertes, y fue elegido Matías. Y fue contado como apóstol junto a los otros doce.


Entonces Pablo se levantó, moviendo su mano para obtener su atención, y comenzó a hablar. “Hombres de Israel, y todos los que reverencian a Dios, escúchenme.


“Pueblo de Israel, escuchen esto: como bien lo saben, Jesús de Nazaret fue un hombre confirmado por Dios ante ustedes por medio de los milagros poderosos y las señales que Dios hizo por medio de él.


“¡Hombres de Israel, vengan a ayudarnos!” gritaron. “Este es el hombre que está enseñando por todas partes para que se opongan a nuestro pueblo, a la Ley y al Templo. Además ha traído griegos al Templo, contaminando este lugar santo”.


Entonces Gamaliel se dirigió al concilio: “Líderes de Israel, tengan cuidado con lo que planean hacerles a estos hombres.


“¡Hermanos y padres, escúchenme!” respondió Esteban. “Dios apareció en su gloria a nuestro padre Abrahán, cuando vivía en Mesopotamia, antes de que se mudara a Harán.


Moisés y los sacerdotes levitas les dieron estas órdenes a todos los israelitas: “¡Cállense, pueblo de Israel, y escuchen! Hoy se han convertido en el pueblo del Señor su Dios.


Escuchen, mis queridos amigos: ¿Acaso Dios no eligió a los que el mundo considera pobres para que fueran ricos en su fe en él, y para que heredaran el reino que prometió a quienes lo aman?


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