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Hechos 18:7 - Versión Biblia Libre

7 Entonces se marchó y se fue a quedar donde Tito Justo, quien adoraba a Dios y cuya casa estaba al lado de la sinagoga.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

7 Y saliendo de allí, se fue a la casa de uno llamado Justo, temeroso de Dios, la cual estaba junto a la sinagoga.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

7 Entonces salió de allí y fue a la casa de Ticio Justo, un gentil que adoraba a Dios y que vivía al lado de la sinagoga.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 Pablo cambió de lugar y se fue a la casa de un tal Tito Justo, de los que temen a Dios, que estaba pegada a la sinagoga.

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 Y saliendo de allí, entró en casa de uno llamado Ticio° Justo, temeroso de Dios, cuya casa estaba junto a la sinagoga.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 Y marchándose de allí, se fue a la casa de un tal Ticio Justo, temeroso de Dios, que vivía contiguo a la sinagoga.

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Hechos 18:7
9 Referans Kwoze  

Nosotros sabemos que Dios no escucha a los pecadores, pero sí escucha a todo el que lo adora y hace su voluntad.


Este era un hombre devoto que, junto con todos los que vivían en su casa, tenían reverencia por Dios. Este hombre daba a los pobres con generosidad, y oraba a Dios con regularidad.


“Venimos de parte de Cornelio, un hombre bueno, devoto, que tiene temor de Dios y es respetado entre el pueblo judío”, respondieron. “Un ángel lo instruyó para que enviara a buscarte y llevarte hasta su casa para escuchar lo que tú tienes para decirle”.


Y cuando salían, la gente les suplicaba que les explicaran más el siguiente sábado.


Después de reunirse en la sinagoga, muchos de los judíos y conversos al judaísmo siguieron a Pablo y a Bernabé, quienes hablaban con ellos, animándolos a seguir firmes en la gracia de Dios.


Pero los judíos incitaron a mujeres devotas e influyentes y también a líderes de la ciudad para perseguir a Pablo y a Bernabé, y los expulsaron de su territorio.


Una de ellas se llamaba Lidia, era de la ciudad de Tiatira y vendía paños de púrpura. Era una adoradora de Dios, y nos escuchó. Entonces el Señor abrió su mente a lo que Pablo le decía, y ella aceptó lo que él le dijo.


Y algunos de ellos se convencieron y se unieron a Pablo y a Silas, junto con muchos adoradores griegos y algunas mujeres influyentes de la ciudad.


y Jesús—también llamado Justo—quienes son los únicos judíos cristianos entre los que trabajan conmigo aquí por el reino de Dios, y son hombres que han sido de gran ayuda para mí.


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