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Hechos 16:26 - Versión Biblia Libre

26 De repente un terrible terremoto sacudió los cimientos de la cárcel. De inmediato todas las puertas se abrieron y las cadenas de todos se cayeron.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

26 Entonces sobrevino de repente un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la cárcel se sacudían; y al instante se abrieron todas las puertas, y las cadenas de todos se soltaron.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

26 De repente, hubo un gran terremoto y la cárcel se sacudió hasta sus cimientos. Al instante, todas las puertas se abrieron de golpe, ¡y a todos los prisioneros se les cayeron las cadenas!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

26 De repente se produjo un temblor tan fuerte que se conmovieron los cimientos de la cárcel; todas las puertas se abrieron de golpe y a todos los presos se les soltaron las cadenas.

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La Biblia Textual 3a Edicion

26 Repentinamente hubo un gran terremoto, hasta tal punto que fueron sacudidos los cimientos de la cárcel, y al instante todas las puertas fueron abiertas, y las cadenas de todos fueron soltadas.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

26 De repente sobrevino un gran terremoto que hizo temblar los cimientos de la cárcel. Al instante se abrieron todas las puertas y a todos se les soltaron los grilletes.

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Hechos 16:26
15 Referans Kwoze  

y fue a buscar el cadáver. Todavía estaba tirado en el camino, con el burro y el león de pie junto a él. El león no se había comido el cuerpo ni había atacado al burro.


para responder a los lamentos de los prisioneros, para liberar a los hijos de la muerte.


Él garantiza la justicia para los oprimidos. Él da alimento al hambriento. El Señor libera a los prisioneros.


Dios provee una familia para los abandonados. Libera a los prisioneros y los hace celebrar con gozo. Pero los rebeldes terminan viviendo en un terreno baldío y solitario.


Escucha la agonía de los prisioneros, y con tu gran poder salva a los que han sido condenados a la muerte.


Harás ver a los ciegos, liberarás a los que están encerrados y sacarás de la cárcel a los que están en la oscuridad.


El Espíritu del Señor Dios está sobre mí, porque el Señor me ha ungido para llevar la buena noticia a los pobres. Me ha enviado a curar a los quebrantados de corazón, a anunciar la liberación a los cautivos, a poner en libertad a los prisioneros,


De repente, hubo un gran terremoto, pues un ángel del Señor bajó del cielo, rodó la piedra, y se sentó sobre ella.


Luego pasaron la primera y segunda guardia, y llegaron hasta la puerta de hierro que conducía hasta la ciudad. Y esta se abrió por sí sola. Entonces salieron y descendieron por la calle, cuando de repente el ángel lo dejó.


De repente, un ángel del Señor apareció, y una luz resplandeció en la celda. El ángel sacudió a Pedro para despertarlo, diciendo: “¡Rápido! ¡Levántate!” Entonces las cadenas se cayeron de sus manos,


Cuando terminaron de orar, la edificación donde estaban reunidos tembló. Y todos ellos fueron llenos del Espíritu Santo, y predicaban con valor la palabra de Dios.


Pero durante la noche, un ángel del Señor abrió las puertas de la prisión y los hizo salir.


Y al mismo tiempo hubo un gran terremoto, y una décima parte de la ciudad colapsó. Siete mil personas murieron en ese terremoto, y el resto de la gente estaba llena de horror, y daba gloria al Dios del cielo.


Cuando abrió el sexto sello, hubo un gran terremoto. El sol se puso negro como tela de silicio y toda la luna se volvió roja como la sangre.


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