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Hechos 12:21 - Versión Biblia Libre

21 Cuando llegó la hora de encontrarse con el rey, Herodes se puso sus vestidos reales, se sentó en su trono, y dio un discurso para ellos.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

21 Y un día señalado, Herodes, vestido de ropas reales, se sentó en el tribunal y les arengó.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

21 y así se les concedió una cita con Herodes. Cuando llegó el día, Herodes se puso sus vestiduras reales, se sentó en su trono y les dio un discurso.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

21 El día señalado, Herodes, vestido con el manto real, se sentó en la tribuna y les dirigió la palabra.

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La Biblia Textual 3a Edicion

21 Y un día señalado, Herodes, vestido de ropa regia y sentado en el tribunal, los arengaba.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

21 En el día prefijado, Herodes, ataviado con la vestidura real y sentado en su trono, los estaba arengando.

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Hechos 12:21
10 Referans Kwoze  

Vestidos con sus ropas reales, el rey de Israel y el rey Josafat de Judá, estaban sentados en sus tronos en la era junto a la puerta de Samaria, con todos los profetas profetizando frente a ellos.


Sonidos aterradores llenan sus oídos, e incluso cuando piensan que están a salvo, el destructor los atacará.


El orgullo conduce a la destrucción. La humildad precede a la honra.


El apetito de la tumba aumenta, su boca se abre de par en par, y la nobleza de Jerusalén y las masas bajarán a ella, junto con las turbas alborotadas y borrachas.


Desde ahora diremos que los orgullosos son benditos. Los malvados hacen el bien y nada pasa cuando retan a Dios para que los castigue”.


Mientras estaba sentado en la silla de juez, su esposa le envió un mensaje que decía: “No le hagas nada a este hombre inocente, porque he sufrido terriblemente en el día de hoy por un sueño que tuve sobre él”.


Ahora Herodes estaba furioso con el pueblo de Tiro y Sidón. Entonces enviaron una delegación para verlo y lograron ganarse el favor de Blasto, el asistente personal del rey, para que los ayudara. Ellos suplicaban paz a Herodes porque dependían del territorio del rey para conseguir el alimento.


La audiencia gritó como respuesta: “¡Esta es la voz de un dios, no de un hombre!”


Cinco días más tarde, Ananías, el sumo sacerdote, llegó con algunos de los líderes judíos, y con un abogado llamado Tértulo. Y presentaron acusaciones formales contra Pablo ante el gobernador.


Al día siguiente, Agripa llegó con Berenice con gran esplendor ceremonial y entraron al auditorio con los comandantes y principales ciudadanos. Entonces Festo dio orden para que trajeran a Pablo.


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