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Hebreos 9:26 - Versión Biblia Libre

26 De otro modo, Cristo habría tenido que sufrir muchas veces desde la creación del mundo. Pero no fue así: fue solo una vez al final de la era presente que él vino a eliminar el pecado al sacrificarse a sí mismo.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

26 De otra manera le hubiera sido necesario padecer muchas veces desde el principio del mundo; pero ahora, en la consumación de los siglos, se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

26 Si eso hubiera sido necesario, Cristo tendría que haber sufrido la muerte una y otra vez, desde el principio del mundo; pero ahora, en el fin de los tiempos, Cristo se presentó una sola vez y para siempre para quitar el pecado mediante su propia muerte en sacrificio.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

26 de otro modo hubiera tenido que padecer muchísimas veces desde la creación del mundo. De hecho se manifestó una sola vez, al fin de los tiempos, para abolir el pecado con su sacrificio.

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La Biblia Textual 3a Edicion

26 de otra manera, hubiera sido necesario° padecer repetidamente desde la creación del mundo, pero ahora ha sido manifestado una vez por todas en la consumación de los siglos, para quitar el pecado por medio del sacrificio de sí mismo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

26 pues, en tal caso, habría tenido que padecer muchas veces desde la creación del mundo. Pero, en realidad, ha sido ahora, al final de los tiempos, cuando se ha manifestado de una vez para siempre, a fin de abolir el pecado con su propio sacrificio.

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Hebreos 9:26
36 Referans Kwoze  

Entonces David le dijo a Natán: “He pecado contra el Señor”. “El Señor ha perdonado tus pecados. No vas a morir”, respondió Natán.


Después, David se sintió muy mal por haber ordenado el censo. Le dijo a Dios: “He cometido un terrible pecado al hacer esto. Por favor, quita la culpa de tu siervo, porque he sido muy estúpido”.


Si es así, ¿por qué no perdonas mis pecados y quitas mi culpa? Ahora mismo voy a tumbarme en el polvo, y aunque me busques, me habré ido”.


Tan lejos como el este está del oeste es como el Señor ha echado fuera nuestros pecados.


En los últimos días, la montaña donde se levanta el Templo del Señor será conocida como la más alta de todas las montañas, elevándose por encima de otras colinas. Muchos vendrán de otras naciones para visitarla.


Ahora he venido a explicarte lo que le sucederá a tu pueblo en los últimos días, porque la visión se refiere a un tiempo futuro”.


“Se han asignado setenta semanas a tu pueblo y a tu ciudad santa para hacer frente a la rebelión, para poner fin al pecado, para perdonar la maldad, para traer la bondad eterna, para confirmar la visión y la profecía, y para ungir el Lugar Santísimo.


En los últimos días, la montaña donde se erige el Templo del Señor será conocida como la más alta de las montañas que sobresale entre las otras colinas. Multitudes de personas viajarán a ella.


El enemigo que sembró las semillas de maleza es el diablo. La cosecha es el fin del mundo. Los segadores son ángeles.


Así como la maleza se recoge y se quema, así será en el fin del mundo.


Entonces el rey dirá a los de su derecha: ‘vengan ustedes, benditos de mi Padre, hereden el reino que ha sido preparado para ustedes desde el principio del mundo.


Al día siguiente, Juan vio que Jesús se acercaba a él, y dijo: “¡Miren, el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo!


“Padre, quiero que los que me has dado estén conmigo donde yo esté, para que puedan ver la gloria que me diste—porque tú me amaste antes de que el mundo fuera creado.


Todas las cosas que les sucedieron a ellos son ejemplo para nosotros y fueron escritas para advertirnos a nosotros que vivimos cerca del fin del tiempo.


Permítanme explicarles lo que estoy diciendo. Un heredero que es menor de edad no es distinto a un esclavo, aunque el heredero sea el propietario de todo.


en el momento apropiado para reunir a todos en Cristo, tanto los que están en el cielo, como los que están en la tierra.


Vivan en amor, como Cristo los amó. Él se entregó por nosotros, y fue un don y ofrenda de sacrificio para Dios como un perfume con dulce aroma.


Pues él se entregó a sí mismo por nosotros, para podernos libertar de toda nuestra maldad, y para limpiarnos para él, como un pueblo que le pertenece, y que está dispuesto a hacer el bien.


en estos días nos ha hablado por medio de su Hijo. Dios designó al Hijo como heredero de todo, e hizo el universo por medio de él.


por medio del cual todos somos santificados a través de Jesucristo, quien ofrece su cuerpo una vez y para siempre.


Pero este Sacerdote, después de ofrecer un solo sacrificio por los pecados, que dura para siempre, se sentó a la diestra de Dios.


Porque si seguimos pecando deliberadamente después de haber entendido la verdad, ya no hay sacrificio para los pecados.


porque es imposible que la sangre de toros y cabras quite los pecados.


Sin embargo, los que creen en Dios ya han entrado al reposo mencionado por Dios cuando dijo: “En mi frustración hice un juramento: ‘No entrarán a mi reposo’”. (Esto es así aunque los planes de Dios ya estaban completos cuando creó el mundo).


A diferencia de los sumos sacerdotes humanos, él no necesita ofrecer sacrificios diarios por sus pecados y los de las personas. Él lo hizo una vez, y por todos, cuando se dio a sí mismo como ofrenda.


Él no entró por medio de la sangre de cabras y becerros, sino por medio de su propia sangre. Entró una sola vez y por todas, en el Lugar Santísimo, liberándonos para siempre.


¿cuánto más la sangre de Cristo, quien se ofreció a Dios teniendo una vida sin pecado por medio del Espíritu eterno, puede limpiar sus conciencias de sus antiguas vidas de pecado, para que puedan servir al Dios vivo?


Él fue elegido antes de la creación del mundo, pero fue revelado en estos últimos días para beneficio de ustedes.


Tomó las consecuencias de nuestros pecados sobre sí mismo en su cuerpo en la cruz para que nosotros pudiéramos morir al pecado y vivir en justicia. “Por sus heridas, somos sanados”.


Y Jesús murió por culpa de los pecados, una vez y para siempre, el Único que es completamente verdadero y justo, por aquellos que somos malos, para poder llevarnos a Dios. Fue llevado a muerte en su cuerpo, pero vino a la vida en el espíritu.


¡Todo llegará a su fin! Así que piensen con claridad y manténganse vigilantes cuando oren.


Pero desde luego ustedes saben que Jesús vino para eliminar los pecados, y en él no hay pecado.


Los que pecan son del diablo, porque el diablo ha estado pecando desde el principio. Por eso vino el Hijo de Dios, para destruir lo que el diablo ha hecho.


Y todos los habitantes de la tierra le adorarán, aquellos cuyos nombres no habían sido escritos en el libro de la vida, el libro que pertenece al Cordero que fue inmolado desde el principio del mundo.


La bestia que viste una vez pero no es, pero que pronto surgirá de nuevo del abismo, y luego será destruida por completo. Los que viven sobre la tierra y no tienen sus nombres escritos en el libro de la vida se maravillarán cuando vean a la bestia que era, pero no es, y regresará.


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